“Estoy cómoda en París porque paso inadvertida”
Kristen Stewart, protagonista de 'Crepúsculo', presenta dos películas en Cannes y prepara su salto a la dirección
Aparece en traje de lino de chaqueta y pantalón azul marino, camiseta blanca y cadenas variadas con cerrojos como colgantes. Sin calcetines y con alpargatas deportivas. En realidad, Kristen Stewart (Los Ángeles, 1990) parece vestida más para otra película de Woody Allen (director con el que inauguró hace ya una semana el Festival de Cannes con Café Society) que para hablar de la estilista y asistente personal de una estrella que además es médium y quiere comunicarse con su gemelo recientemente fallecido, su papel protagonista en Personal Shopper, de Olivier Assayas.
Gracias a su drama previo con Assayas (Viaje a Sils Maria), Stewart se convirtió en el primer intérprete estadounidense en ganar el César, el Oscar francés. Así que su presencia en Cannes con dos películas en la Sección Oficial parece natural. “Estoy muy cómoda trabajando en París, porque paso inadvertida… o al menos me respetan”, cuenta ante un grupo de periodistas.
La moda es algo que interesa a la actriz, que ya ha dejado atrás sus años de Crepúsculo. “Llevo trabajando desde los 13 años, así que sé de qué va este mundo del cine. Y de qué va el de la moda. Me gusta cuando alguien va vestido reafirmando su personalidad y sí creo que los diseñadores se expresan a través de la ropa, que es una forma de arte”. Un arte que a veces eligen otros. “Un buen asistente personal comprende a su jefe, y este tiene que transmitirle claramente sus deseos. Si falla, normalmente la culpa es del jefe”, asegura la actriz.
Incomunicación
“En Personal Shopper mi personaje pasa mucho tiempo sola, porque en realidad es una película sobre la soledad en la sociedad actual. Y la incomunicación. A mí me preocupa la manera en que nos relacionamos unos con otros. Mira Olivier: con él siempre siento que me mira, que existo, que entiende que delante tiene un ser humano. Va más allá de hacer una película”. Algo que ella necesita. “No soy una actriz de método, sino que en los guiones busco lo que relaciona mi papel conmigo. En este caso, además, llegué muy cansada tras filmar cinco películas del tirón a un rodaje que me pedía rodar todos los días sin descanso un montón de horas. Eso aportó mucho al personaje; me iba a dormir y casi no descansaba. Es la vez que más he llevado al límite mi cuerpo y creo que ha sido una gran decisión”.
En Personal Shopper hay fantasmas, algo que no debía de chocar a la protagonista de una saga fantástica de vampiros y hombres lobo. “Nunca lo vi así, ni tampoco que tuviera que mentir para encarnarla. Buscas el pulso emocional y sigues la pista que te ha escrito el creador, aquí Olivier. No te puedes plantear otras cosas o contentar a todos, como parecía que tenía que ocurrir con los lectores de Crepúsculo”.
Stewart ha parado ahora su carrera como actriz y busca financiación para su productora, porque quiere saltar a la dirección, inicialmente de cortos. “El primero será como un filme de final de curso. Llevo cuatro años con un par de imágenes clavadas en mi mente y de ahí saldrá la historia. Aún no tiene título. Sé que durará unos diez minutos y quiero hacer mis experimentos. Ahora estoy juntando el equipo”. Y termina rotunda el encuentro: “Sé que lo rodaré”.
Los hermanos Dardenne y las mujeres musulmanas
Los Dardenne han vuelto a Cannes. Otra vez. Jean-Pierre y Luc, los hermanos belgas que han lanzado el cine de su país, lo han ganado aquí todo. Una Palma de Oro en 1999 con Rosetta. Otra Palma de Oro en 2005 con El niño. Un galardón al mejor guion con El silencio de Lorna y un Gran Premio del Jurado por El niño de la bicicleta. Ahora, con La chica desconocida, siguen hablando de opresión y emigración, aunque han cambiado el género, eligiendo el thriller para que la protagonista, una médico de familia con consulta propia, investigue la muerte de una chica cerca de su oficina. "Intentamos filmar el flujo de la vida sin fijarla ni encerrarla en una jaula, porque defendemos la vida y esperamos comunicar nuestra opinión al espectador", dijeron ayer a los periodistas, siempre completándose el uno al otro. Y por eso aclararon entre risas: "Hasta nosotros a veces pensamos que somos una única persona".
La película es 100% Dardenne, con una protagonista fuerte en consonancia con su pensamiento: “Las mujeres son responsables, reaccionan, hacen avanzar el mundo, y apostamos por la importancia de las mujeres musulmanas en el futuro del ser humano”. Pero de palabra, porque para ellos, en pantalla no tiene que aparecer un mensaje: “Es la historia de una doctora que investiga una muerte y punto. Si el espectador la quiere seguir como ejemplo… es su problema”.
Babelia
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