Gene Simmons, bajista y colíder de Kiss, tacha de “patética” la muerte de Prince

La muerte de Prince sigue rodeada por el misterio. Sin embargo, Gene Simmons, líder de Kiss, tiene una opinión bastante formada al respecto. “Prince estaba más allá de todos los otros artistas. Dejaba a Michael Jackson en el polvo. Pero qué patético que se matara. No nos engañemos, es lo que hizo. Lentamente, te lo puedo garantizar, pero eso es lo que provocan alcohol y drogas: una muerte lenta”, declaró a la revista Newsweek.

“La muerte de David Bowie fue la más trágica de todas porque se trataba de una enfermedad real. Todos los demás dependieron de una elección. A Prince le mataron sus drogas. ¿Qué crees, que murió por un resfriado?”, añadió el músico, que en la misma charla presumió de no haber estado nunca ni borracho ni bajo el efecto de drogas.

La afirmación tan tajante de Simmons no tiene de momento confirmación oficial. Hasta la fecha se sabe que Prince tenía una cita para tratar sus adicciones a los calmantes el día después de morir. Sin embargo, su agente considera una “locura” la hipótesis de que fuera precisamente esa la causa de su muerte. La investigación oficial aclarará las razones reales de su fallecimiento, aunque la policía informó de que barajaba la sobredosis entre los posibles motivos.

Prince fue encontrado muerto a los 57 años en su estudio de Paisley Park, en Minneapolis, el pasado 21 de abril. El cantante, compositor, arreglista e instrumentalista estaba considerado como uno de los músicos más innovadores de su era, un mito y un icono de la historia de la música. Fue autor, entre otras canciones, de temas tan célebres como Little Red Corvette, Let's Go Crazy y Purple Rain

En su entrevista, Simmons recuerda también su primer encuentro con Prince, al que acudió con Diana Ross, su pareja de entonces: "Estaba tocando en un club, y nunca habíamos visto algo parecido. Fuimos a decirle que había estado genial, y nos esperábamos una personalidad arrolladora, y en cambio era un ser humano pequeño y leve. Mediría 1,60 metros, muy tímido, con la mirada en el suelo. No podía encajar un halago: ‘Muchas gracias, muchas gracias’. Hablaba por susurros. Fue bastante chocante, no conseguía mirar a Diana a la cara”.