Oreja para Rafa Serna en un festejo anodino, lluvioso y desesperante
Alberto Lamelas sufrió una grave cornada en el muslo derecho en la ciudad francesa de Alés
El novillero Rafael Serna cortó una oreja en la novillada picada celebrada en Sevilla, donde se vivió un espectáculo de lo más desesperante, que transcurrió bajo un tremendo aguacero y que duró cerca de las tres horas.
Con un cuarto de entrada en tarde fresca y muy lluviosa, se lidiaron cinco novillos de Albarreal, algo justos de presentación; aceptable el primero; rajado, algo bruto pero emotivo el segundo; tuvo clase por el pitón izquierdo el tercero; orientado y parado el cuarto; violento y peligroso el quinto. El sexto fue un sobrero de Cayetano Muñoz, que se movió.
Varea, palmas y ovación.
Curro Durán, palmas y silencio tras aviso.
Rafael Serna, oreja y silencio tras aviso.
La segunda novillada de abono celebrada en la plaza de la Maestranza consiguió desafiar la adversa meteorología en su primera parte, aunque comenzó con treinta y cinco minutos de retraso provocado por los problemas que tuvieron los operarios para retirar la lona protectora del ruedo, y duró más de tres horas. La lluvia, finalmente, no perdonó.
Abría plaza el novillero levantino Varea, que sorteó en primer lugar un ejemplar un punto desigual, pero cargado de posibilidades al que enjaretó una faena larga y monocorde en la que hubo más cantidad que calidad y nula apuesta. Con el orientado cuarto, que salió con el ruedo convertido en una piscina, escenificó un interminable arrimón que tampoco obtuvo rendimiento.
El segundo del cartel, Curro Durán, tampoco logró levantar el inicial tono gris del festejo. Su primero fue un novillo progresivamente rajado, pero con una emotividad inicial que el novillero utrerano no logró doblegar. El durísimo quinto, que embistió a puñetazos, llegó a echarle mano de fea manera. Durán puso voluntad, pero era imposible.
El que salió más sinceramente resuelto y preparado para solventar la papeleta fue el sevillano Rafael Serna, que cortó una oreja del tercero -la paseó bajo un diluvio- gracias a la calidad de su toreo al natural y la contundencia de su espada.
Inesperadamente, la presidenta devolvió al sexto con la noche cerrada, más allá de las diez de la noche y en medio de un diluvio. El toro se negó a entrar en los corrales y acabó siendo muerto a espada por Serna después de mil intentos y hasta la salida de un picador en un espectáculo lamentable y evitable.
Serna, finalmente, se enfrentó a un noble sobrero de Cayetano Muñoz al tiempo que arreciaba el diluvio. La lidia se sucedió sin lucimiento mientras la plaza se vaciaba de público. Quiso hacer las cosas bien y le robó alguna tanda notable antes de que se pusiera a la defensiva. Se pasó de metraje.
Grave cogida de Alberto Lamelas en Alés
El diestro Alberto Lamelas sufrió en la ciudad francesa de Alés una grave cornada de 20 centímetros en el muslo derecho que afecta severamente la vena safena, en una tarde en la que Octavio Chacón logró la única oreja.
Con casi tres cuartos de entrada, se lidiaron toros del Cura de Valverde, bien presentados, complicados y deslucidos.
Octavio Chacón, oreja tras aviso y silencio tras dos avisos.
Alberto Lamelas, vuelta al ruedo tras aviso en el único que mató, ya que fue cogido en los últimos compases de la faena al quinto.
Javier Cortés, ovación tras aviso y silencio tras dos avisos.
Oreja por coleta en Bocairent (Valencia)
Los diestros Octavio García El Payo, Alberto Gómez y Román pasearon una oreja cada uno al término de la corrida celebrada en la localidad valenciana de Bocairent.
Con un cuarto de entrada, se lidiaron toros de Soto de la Fuente, discretos de presentación y manejables.
Octavio García El Payo, ovación y oreja; Alberto Gómez, oreja y palmas, y Román, oreja y ovación.
Babelia
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