El desastre que se avecina
Hughes publica 'El zorro en el ático', una gran novela en torno a Hitler y el llamado Putsch de la Cervecería de Múnich
Richard Hughes es autor de cuatro novelas. La primera de ellas, Huracán en Jamaica, es una obra maestra sobre la crueldad de la inocencia que se convirtió en otra obra maestra cinematográfica de la mano del gran Alexander Mackendrick. A ella le siguió En peligro (Gatopardo Ediciones, 2015) una historia de mar de corte conradiano. Tras unos años de silencio, comenzó la que iba a ser una ambiciosísima trilogía, The Human Predicament, de la que sólo completó dos volúmenes: El zorro en el ático y The Wooden Shepherdess. Transcurre, a caballo entre Inglaterra y Alemania, durante el ascenso del nazismo al poder. En la primera, el suceso histórico en torno al cual se anuda la historia es el llamado Putsch de la Cervecería en Múnich, primera y decidida aparición pública de Adolf Hitler, saldada con un fracaso. La segunda, en cambio, finaliza con la “noche de los cuchillos largos”, que ratifica el ascenso de Hitler al poder.
El personaje central de El zorro del ático es un joven aristócrata inglés, Augustine, que pertenece a la juventud inglesa que fue masacrada durante el horror de la I Guerra Mundial, de la que él sale ileso pero ensimismado. La aparición de una niña ahogada que Augustine encuentra hace recaer maledicencia sobre él y decide abandonar Inglaterra rumbo al castillo de unos primos alemanes. En Alemania se está cociendo la conciencia nazi en una parte de la juventud y en la miseria y humillación que sigue al Armisticio. Augustine resulta encantador para los niños y un enigma para los mayores; su actitud ante lo que se avecina tiene el mismo fondo que la de Inglaterra ignorando la amenaza. En el caso de Inglaterra es una ignorancia culpable; en el de Augustine, indolente. En medio de la revuelta de Múnich contra la República de Weimar, Augustine sólo tiene ojos para su prima, que se está quedando ciega.
Hay tres zorros en los áticos de la novela: el pequeño animal que vive refugiado en la buhardilla del castillo de Lorienberg; el Hitler que huye y se esconde en la buhardilla de una casa cerca de la frontera austriaca que espera cruzar, y el joven nazi fanático Wolff, el amigo de Franz, el primo alemán de Augustine, que acaba colgándose de una viga del ático donde se refugia. La novela está dividida en tres partes y llevada adelante por medio de capítulos cortos que Hughes ensambla con singular destreza, lo que la dota de una dinámica narrativa apasionante.
La relación entre la actitud inglesa y la alemana mientras se levanta la más terrible amenaza del siglo; la visión del mundo alemán efervescente y confiado a la vez de los miembros de la familia Von Kassen; el desinterés de Augustine por todo lo que no sea su ilusionado amor por su prima, que al fin parece hacerlo despertar de su apatía; el drama de una Mitzi que, de pronto, descubre que ha perdido por completo la visión; lo irremediable del desastre que se avecina… son los tramos que recorre el libro y que culminan con la decisión de Mitzi de internarse en un convento y tomar los hábitos y la amarga deducción de Augustine de que “por su educación protestante sabía que lo que entraba en un convento nunca salía de él”. Todo ello se ensambla a la perfección de una novela histórica que sabe eludir muy lucidamente la constricción al género para convertirse en una gran novela a secas por sí misma.
Sólo añadir que la traducción española no llega a la altura de la de Matilde Horne para la editorial Sudamericana de 1963.
El zorro en el ático. Richard Hughes. Traducción de Claudia Casanova. Ático de los Libros. Barcelona, 2015. 384 páginas. 21 euros.
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