Diego Ventura, temple y maestría
El fallo con el rejón de muerte le impidió abrir por undécima vez la Puerta del Príncipe
El presidente se ganó una bronca al no conceder a Ventura la oreja del quinto de la tarde que le hubiera supuesto abrir por undécima vez la Puerta del Príncipe. Bien es verdad que el caballero pinchó dos veces antes de cobrar el rejón definitivo, pero también es cierto que había mayoría de pañuelos en los tendidos. El usía incumplió el Reglamento, lo que no es correcto, pero el prestigio de la plaza es un bien inmaterial que hay que preservar a toda costa. Y no se puede salir a hombros por la mágica puerta de la Maestranza si no se han hecho suficientes méritos, diga lo que diga el público soberano.
No mereció Ventura honor tan alto porque se precipitó en la suerte suprema, pero es de justicia reconocerle la grandeza de su actuación, su exquisita calidad, la intensidad y la emoción que desprende, su técnica abrumadora, su sentido del temple, y, en definitiva, su reconocida maestría.
La corrida de hoy
Novena corrida de feria. 11 de abril
Toros de Daniel Ruiz, para Manuel Jesús El Cid, David Mora y Daniel Luque
No fue la suya, quizá, una tarde absolutamente redonda, pero desde que aparece en el ruedo hasta que se despide, este caballero destila torería.
Contó, en primer lugar, con uno de los buenos toros de Fermín Bohórquez, con las fuerzas justas pero muy manejables para el rejoneo, con fijeza y movilidad. Lo paró magistralmente, provocó la admiración en banderillas a lomos de Nazarí, ¡torero!, y Ritz, con el que trazó el quiebro casi perfecto. El rejón final produjo una muerte fulminante, y Ventura paseó con justicia las dos orejas.
El más parado de la tarde fue el toro quinto, lo que no evitó que formara un alboroto en compañía del caballo Sueño, una auténtica maravilla, con el que templó, dibujó muletazos y clavó al estribo. Erró con el rejón de muerte y la entreabierta Puerta del Príncipe se cerró hasta la próxima ocasión.
Otro caballero grande es Sergio Galán, que protagonizó momentos espectaculares (esperó a su primero en el túnel de chiqueros y lo paró en un palmo de terreno) con algunos fallos con las banderillas, pasadas en falso y excesivas carreras. Domina las suertes, templa con torería, se esfuerza por hacer el rejoneo más clásico y sorprendió con un par a dos manos, tras el cual se dio una vuelta al ruedo con la excusa de que iba a cambiar de caballo. Cortó una oreja del cuarto porque mató con prontitud, y su actuación de conjunto fue intermitente, si bien dejó patente su buena clase.
Otra nota merece Lea Vicens; más joven e inexperta que sus compañeros, ha evolucionado positivamente, pero le queda aun un largo trecho. Derrochó entrega e ilusión, pero no domina los terrenos, clava muy despegada del toro y a la grupa, realiza los quiebros de manera muy abierta, falló con algún rejón de castigo y banderillas y, sobre todo, se le notó muy insegura a la hora de matar. Lo mejor es que no desentonó demasiado junto a dos maestros consagrados.
Bohórquez/Galán, Ventura, Vicens
Toros despuntados para rejoneo de Fermín Bohórquez, correctamente presentados, con movilidad y fijeza; parado el quinto.
Sergio Galán: pinchazo y rejón trasero y caído (silencio); rejonazo en lo alto (oreja).
Diego Ventura: rejón fulminante (dos orejas); dos pinchazos y rejón en lo alto (petición y vuelta).
Lea Vicens: dos pinchazos y rejón muy trasero (silencio); tres pinchazos, medio rejón trasero y cuatro descabellos (ovación).
Plaza de la Maestranza. Octava corrida de feria. 10 de abril. Tres cuartos de entrada.
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