El festival de Cannes homenajea a Godard en el cartel de su 69ª edición

“El cine sustituye nuestra mirada por un mundo más en armonía con nuestros deseos”. Así arrancaba El desprecio, una película de metacine que Jean-Luc Godard rodó en 1963 y que es una de las obras más célebres del director francés. Tal vez con esa esperanza, en un mundo que poco tiene que ver con nuestros deseos, el festival de Cannes ha decidido homenajear a El desprecio en el cartel de su 69ª edición, que se celebrará del 11 al 22 de mayo y cuyo jurado será presidido por el cineasta George Miller.

La imagen muestra a un hombre subiendo por una escalera que da al Mediterráneo, rodeado por un cielo dorado. “Todo está presente. Las escaleras, el mar, el horizonte: la ascensión de un hombre hacia su sueño, bajo el calor de una luz mediterránea que se transforma en oro”, asegura un comunicado del propio certamen.

El desprecio es una de las primeras películas en centrarse precisamente en el mundo del cine, en este caso en tono paródico. El filme retrata los problemas para rodar una adaptación de La Odisea, dirigida por Fritz Lang, que se interpreta a sí mismo. Ante el miedo a un fracaso en taquilla, el productor ficha a un guionista (Michel Piccoli) que revitalice el proyecto. Sin embargo, la difícil relación entre el escritor y su mujer (Brigitte Bardot) acaba interfieriendo en el rodaje y complicándolo.

El propio Michel Piccoli inaugurará el 69º Festival de Cannes. “Una elección simbólica, ya que esta película sobre el rodaje de una película, considerada por muchos como una de las más hermosas nunca dirigidas en Cinemascope (el tándem Piccoli / Bardot junto a Fritz Lang, la fotografía de Raoul Coutard, la música de Georges Delerue…), marcó la historia del cine y de la cinefilia”, según el propio certamen.

Hervé Chigioni y Gilles Frappier son los autores de un cartel que, en palabras de la dirección de Cannes, renueva el compromiso original del certamen: “Rendir homenaje a los creadores, celebrar la historia del cine y acoger nuevas formas de mirar el mundo. Al igual que una subida de las escaleras en forma de ascensión hacia el horizonte infinito de una pantalla de proyección”.