Taylor Swift y Ed Sheeran coronan el pop en los premios Grammy
Kendrick Lamar triunfa con cinco estatuillas en el género de rap. El exitazo de Bruno Mars 'Uptown Funk' es el producto musical del año
Se impuso el pop. El disco 1989, con el que Taylor Swift ha roto las radiofórmulas este año, se llevó el máximo galardón de los premios Grammy este lunes por la noche en Los Ángeles en dura competencia con otros cuatro álbumes de todos los estilos posibles. Entre ellos To Pimp A Butterfly, del rapero Kendrick Lamar, que tenía 11 nominaciones, un reconocimiento a la música rap sin precedentes, pues son raros los casos en que el hip-hop ha conseguido entrar en los premios generales y superar las categorías específicas de rap y R&B. Lamar fue el ganador de la noche por número, con cinco grammys, pero confirmó la imposibilidad del rap de discutirle al pop la categoría de música de masas. El disco del año fue para la canadiense, la canción del año para el británico Ed Sheeran y el éxito del año, entendido como producto, es el contagioso pelotazo funk de Mark Ronson y Bruno Mars Uptown Funk.
Con solo 26 años y una década en la industria, Taylor Swift es la primera mujer en ganar dos veces el premio al álbum del año. La primera vez fue en 2010 con Fearless, cuando fue la mujer más joven de la historia en ganarlo.
La categoría más interesante de los 58 premios Grammy era la de álbum del año por su exquisita diversidad. Competían la que seguramente es la mayor estrella pop del momento, Taylor Swift (1989); el mejor rapero del momento, Kendrick Lamar (To Pimp a Butterfly); la renovación del R&B The Weeknd (Beauty Behind the Madness); una gran figura country como Chris Stapleton (Traveller) y la apuesta indie rock de este año, Alabama Shakes (Sound&Color). Con trabajos tan distintos, ¿cuál es de ellos es un mayor logro, en general? En opinión de la industria de la música es 1989. Todos los discos nominados son del gigantesco conglomerado Universal Music (Vivendi).
A la hora de entregar el premio a la grabación del año, el galardón más general que reconoce la música como producto completo, acabado, Beyoncé definió bien lo que se estaba premiando: “Las grabaciones que movieron a las masas en 2015”. Uptown Funk sin duda entra de lleno en esa categoría. Se impuso a dos trabajos pop Swift y Sheeran, y a dos soul, The Weeknd y D’Angelo.
La mejor canción pop del año, y la mejor en general, según la industria de la música es Thinking Out Loud, del británico Ed Sheeran. Una balada con un poderoso estribillo en el que Sheeran hace un alarde de capacidad vocal y que ha sonado incansablemente durante el último año. La canción tiene una factura impecable, le guste a uno el pop o no. Que se haya impuesto al candidato rap no resta mérito a Lamar. Las categorías generales de los Grammy (¿puede haber una sola mejor canción del año?) están para premiar los trabajos con mayor capacidad para conectar con cualquier persona en cualquier lugar, y esa es una cualidad que por lo general es propiedad del pop blando. Jamás una canción rap ha ganado este premio. La derrota en este caso fue para Taylor Swift, que celebró con entusiasmo el premio de su amigo. Son los dos primeros grammys de la carrera de Sheeran, de 24 años, después de cuatro años acudiendo a la ceremonia.
Los premios de la industria de la música tienen unas categorías generales, donde compite toda la música, y categorías por géneros. En este sentido, los favoritos fueron reconocidos. Kendrick Lamar arrasó las categorías de rap (mejor interpretación, mejor colaboración, mejor canción). Para cuando llegó el premio general a mejor álbum rap ya era una obviedad que To Pimp A Butterfly es el trabajo del año. El premio se lo entregó Ice Cube, padre del gangsta rap de Compton, al sur de Los Ángeles, de donde es el propio Lamar. La actuación de Lamar revolvió el auditorio con una parte recreando una cárcel llena de hombres negros en cadenas y otra reivindicando la herencia africana.
Alabama Shakes hizo lo propio con tres premios en las categorías de rock, que reconocieron esta alternativa indie como la mejor música rock del año por encima de cualquier grupo consagrado. Solo se coló Muse, con su paranoia contra el dominio de las máquinas (Drones), que fue premiada como disco rock del año. En country, arrasó el trabajo de Chris Stapleton. Pero Taylor Swift no ganó en los premios de pop. Los premios se los quitaron Ed Sheeran y la canción de Mark Ronson y Bruno Mars. 1989 ganó el premio a mejor álbum pop solista, el mejor vídeo para Bad Blood y, en último término, el álbum del año. Tres de siete nominaciones.
La mayor sensación del mundo del R&B en el último año, The Weeknd, el nombre artístico de Abel Makkonen Tesfaye, un canadiense de ascendencia etíope triunfó en las categorías del género con los premios a mejor álbum urbano contemporáneo (Beauty Behind the Madness) y mejor interpretación R&B por Earned It, la canción que sale en 50 Sombras de Grey. D’Angelo le robó el éxito completo, pero el álbum de The Weeknd queda confirmado como uno de los imprescindibles del año.
Había muchos homenajes que hacer. Stevie Wonder y el grupo Pentatonix lograron un emocionante momento al cantar acapella That’s the Way of the World en homenaje a Maurice White, fundador de Earth Wind & Fire fallecido este mes. Los Eagles (con Jackson Browne) subieron al escenario a tocar Take it Easy en honor a Glenn Frey. Lady Gaga intentó transformarse en todos los David Bowie para hacer un popurrí de sus éxitos que puede servir como base para un futuro musical de Broadway. Bajo el nombre de The Hollywood Vampires, Alice Cooper, Joe Perry y Johnny Depp recordaron a un compañero de copas de Sunset Boulevard, Lemmy Kilmister de Motorhead.
El premio homenaje Persona del Año fue este año para Lionel Richie. Una de las grandes figuras del soul recibió un concierto homenaje el sábado y en la ceremonia del lunes salieron a tocar algunos de sus éxitos John Legend, Demi Lovato, Tyrese Gibson, Luke Bryan y Meghan Trainor. Richie en el escenario cantando All Night Long con todos ellos fue uno de esos llamados momentos Grammy verdaderamente logrados.
La música latina decidió hace 16 años montar su propia sucursal de la Academia de la Grabación y desde entonces entrega sus propios premios a toda la música en español o portugués del mundo. Los Grammy conservan algunas categorías específicas de música latina. El mejor álbum de pop latino fue para Ricky Martin por A quien quiera escuchar. Competía con Alejandro Sanz y Pablo Alborán. Arturo O’Farrill ganó el premio al mejor álbum de gran orquesta de jazz (Cuba: The Conversation Continues) y aprovechó para agradecer en el escenario a los presidentes Barack Obama y Raúl Castro la apertura de relaciones entre EE UU y Cuba.
What a night for @taylorswift13! #GRAMMYs pic.twitter.com/gTZcVohdaL
— Recording Academy / GRAMMYs (@RecordingAcad) February 16, 2016
El disco Hasta la Raíz, de la mexicana Natalia Lafourcade, que triunfó en los Latin Grammy el pasado noviembre, fue premiado también este lunes como mejor álbum latino alternativo. El premio fue ex aequo con Pitbull, una rareza en la ceremonia. Los Tigres del Norte fueron premiados como mejor música regional mexicana (Realidades) y Rubén Blades con la orquesta de Humberto Delgado ganaron el mejor álbum tropical (Son de Panamá).
Más de ochenta premios dejan muchas curiosidades. Justin Bieber ganó el primer grammy de su carrera por Where Are Ü Now como mejor grabación dance. En las categorías de discos hablados ganó el expresidente de Estados Unidos Jimmy Carter por A Full Life: Reflections at Ninety. Es el segundo Grammy que gana por un disco. El mejor álbum de comedia fue Live at the Madison Square Garden de Louis C.K. Fue emocionante ver a Buddy Guy recoger el premio al mejor álbum de blues (Born to Play Guitar). En la sala de prensa rechazó ser el mejor guitarrista de blues (“los mejores han muerto ya, como B.B. King”, dijo) y recordó que de joven iba a ver tocar a Muddy Waters un par de veces por semana para aprender. El mejor disco de ópera del año, según la industria, es Ravel: L’enfant et les sortileges; Sherezade, del director Seiji Ozawa.
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