La generación perdida
El pop español tiene suficientes problemas de autoestima como para que encima se le niegue uno de sus aciertos internacionales: 'Black is black', de Los Bravos
El pop español tiene suficientes problemas de autoestima como para que encima se le niegue uno de sus aciertos internacionales: Black is black, de Los Bravos.
Como acostumbro, estoy surcando el dial cuando el enérgico Black is black, de Los Bravos, salta a mis oídos. Grata sorpresa: no es frecuente escuchar pop español de los sesenta; en la radio parecen convencidos de que no hay música nacional anterior a “la movida” que merezca ser pinchada. Así que me quedo clavado en esa frecuencia.
Mala idea. Terminado el tema, gran éxito de 1966 (número 2 en Gran Bretaña, número 4 en Estados Unidos), el locutor procede a informarnos de que Los Bravos tomaron esa canción de un éxito de Johnny Halliday, Noir c'est noir. Caramba, todos creíamos que ocurrió exactamente al revés: que Johnny versionó el hit de los españoles.
Pero el presentador ha hablado con autoridad, seguro de sus datos, desde el púlpito de una emisora prestigiosa. Me mete la duda en el cuerpo. Verán: siempre se contó que el productor de Los Bravos, Alain Milhaud, en sucesivos viajes a Londres, localizó una composición inédita titulada Black is black, pactó su lanzamiento con Decca Records (y su promoción a través Radio Caroline) y lo grabó con eficaces músicos de estudio arropando al cantante del quinteto.
A estas alturas, uno tiende a desconfiar de sus certezas (y no pone la mano en el fuego por Wikipedia). Resulta además que en estos días se habla de Halliday en la prensa española: está anunciado para marzo en el Liceo de Barcelona, en lo que algunos anuncian como su debut en España (grave error: por ejemplo, cantó en el parador del Foc, en las Fallas valencianas de 1963).
Pero eso es una bagatela: el cariño por el pop español me empuja a determinar quién fue primero en grabar aquella pieza. Decido comprobarlo en las fuentes: hace años, aprovechando una oferta de FNAC, compré un par de cajas, L'essentiel des albums studio, con un total de 26 discos de Halliday. Busco y encuentro Noir c'est noir en el octavo disco largo de Johnny, La generation perdue.
La generación perdida no es un LP cualquiera de Johnny. Su carrera tiene mucho de melodrama, vivido ante la insaciable curiosidad de los franceses. Y en 1966 pintaban bastos. Tras el servicio militar, sufrió un bache profesional. Se casó con Sylvie Vartan, tuvieron un hijo pero el matrimonio descarriló. De hecho, Johnny intentó suicidarse…de aquella manera.
Hasta sus colegas le habían perdido el respeto. Una figura contestataria, el peludo Antoine, sugería en sus Élucubrations encerrar a "Johnny Halliday en una jaula del Circo Medrano". En La generation perdue, el aludido respondía con "cabellos largos e ideas cortas".
La canción que daba título al elepé aspiraba a himno generacional: un chaval enfrentado a su padre, que sale del anonimato gracias a su talento como guitarrista, "tus dedos son de oro". La generation perdue supone una renovación del Sonido Halliday. Olvidando la fidelidad cerril al rock & roll, se revitaliza con metales y órgano Hammond: se impone el soul y Johnny aprovecha algunos de sus estilemas.
Ha encontrado la fórmula de la renovación perpetua: aprovecha los hallazgos de moda para integrarlos en su relato, esencialmente autobiográfico. Contrata a músicos ingleses (Mick Jones, Tommy Brown) para que le tengan al día. Y demuestra buen oído: escucha a un Jimi Hendrix recién llegado a Londres y se le lleva de gira a Francia.
Con el tiempo, se nutrirá de canciones hechas a medida pero en La generation perdue todavía mandan las versiones. Compruebo los créditos y, efectivamente, Noir c'est noir viene del Black is black, con letra adaptada por un colaborador habitual de Halliday, Georges Aber. Y, si se me permite la impertinencia, el tema de Johnny carece de la urgencia del original de Los Bravos. El pop español ya tiene suficientes problemas de autoestima como para que encima se le niegue uno de sus raros aciertos internacionales.
Babelia
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