Retratos del horror en el siglo XXI
Aunque las televisiones y los periódicos muestren de vez en cuando imágenes del horror que viven quienes huyen de Siria, Irak o Afganistán hacia la rica Europa, nada tan poderoso como la fotografía para hacernos reflexionar sobre el horror que viven familias completas desde el comienzo de su huida hasta la difícil —y muchas veces imposible— llegada a su destino. El reportero cántabro Olmo Calvo (Santander, 1982), ha documentado el terrible viaje de estas víctimas de la guerra en una serie titulada Supervivientes en busca de refugio con imágenes obtenidas en el campo de Roszke (Hungría) y distintos puntos fronterizos de Serbia, Macedonia y Grecia. La impresionante serie es la ganadora de la XIX edición del Premio Internacional de Fotografía Humanitaria Luis Valtueña, que hasta el 28 de febrero se expone en CentroCentro Cibeles junto a las obras de los finalistas. La recuperación de la memoria histórica en Perú, la invisibilidad de los sintecho en Madrid, la hambruna y el terror en Sudán del Sur y la ley mordaza, son los grandes temas que se desarrollan en la exposición.
El trabajo de Olmo describe el drama de los refugiados desde sus países de origen, de los que todos han salido empujados por la guerra. Eligen entre quedarse allí esperando la muerte o decidirse a hacer un viaje cargados con lo esencial. Se ve a familias numerosas, con bebés, abuelos y familiares impedidos que emprenden ruta hacia la costa desde la que tratarán de llegar a Grecia si las pésimas condiciones de las embarcaciones y la climatología no lo impiden. Sobrecoge ver el numeroso grupo de personas que aprovechando la noche caminan por una carretera de Idomeni, en Grecia, en dirección a la frontera con Macedonia. Los mismos sentimientos despierta el niño pequeño que arropado con harapos duerme sobre un banco del parque de Bristol de Belgrado, el punto donde pasaban la noche miles de refugiados antes de proseguir su camino hacia Hungría.
Una imagen de esta serie es la el padre que con su hijo en brazos camina sobre las vías del tren después de haber cruzando la frontera entre Serbia y Hungría. Después veremos otras estremecedoras imágenes de los campos en los confinan a los refugiados y como les rocían con gas mostaza cuando se aproximan a las alambradas.
El tema de los refugiados lo aborda también Santi Palacios Castaño, el segundo finalista, con la serie Miles de vidas en juego para llegar a Europa, donde aborda otra visión de la crisis del Mediterráneo, la del trayecto entre Turquía y la isla griega de Lesbos que realizan miles de personas a bordo de frágiles embarcaciones de plástico.
En un país como España, donde sigue pendiente de solución el problema de la memoria histórica, resulta especialmente interesante el trabajo del primer finalista, el periodista peruano Miguel Mejía Castro, con "El dolor del retorno, víctimas inocentes entre los años 1980 y 2000",basado en el enfrentamiento entre el grupo terrorista Sendero Luminoso y el ejército peruano. Como él mismo contó durante la presentación de la exposición, el periodo de violencia política vivido en Perú en esos años, se saldó con más de 70.000 muertos y desaparecidos. Muchos fueron víctimas inocentes que fueron sepultados en fosas comunes en lo alto de las montañas. En 2013 se creó un equipo forense que realizó una expedición a Chungui, en Ayacucho, considerado el escenario en el que se desarrolló la violencia más devastadora de todo el país. En las fotos de Palacios se muestran los huesos desenterrados y clasificados,su colocación en las cajas para su posterior sepultura y el estremecedor rostro de los familiares.
El trabajo de Javier Guijarro Bagur, tercer finalista se titula Madrid dormitorio y muestra algunos de los lugares donde personas sin hogar pasan sus noches, invisibles al resto de la sociedad. En las imágenes, solo vemos los cartones y las mantas que quienes han dormido allí, las dejan para utilizarlos la noche siguiente. Están por todo el centro de la ciudad: en ventanales, en bancos, en los soportes de las plazas, entre el seto de los jardines. Pero los transeúntes pasan como si no vieran nada, como si el sin techo fuera un fantasma invisible.
El jurado estuvo compuesto por Marisa Flórez,ex editora gráfica de EL PAÍS y premio Nacional de Periodismo en 1981; Begoña Rivas, fotógrafa y exdirectora de Fotografía de El Mundo; Carlos del Amor, jefe adjunto del área de Cultura del Telediario de TVE; Bru Rovira, periodista especializado en conflictos sociales e internacionales, premio Ortega y Gasset en 2004 y colaborador en diferentes medios de comunicación y Javier Amaro, miembro de la Junta Directiva de Médicos del Mundo.
Babelia
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