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ÉRASE UNA CANCIÓN
Análisis
Exposición didáctica de ideas, conjeturas o hipótesis, a partir de unos hechos de actualidad comprobados —no necesariamente del día— que se reflejan en el propio texto. Excluye los juicios de valor y se aproxima más al género de opinión, pero se diferencia de él en que no juzga ni pronostica, sino que sólo formula hipótesis, ofrece explicaciones argumentadas y pone en relación datos dispersos

La mala suerte de Big Mama Thornton, la maestra del blues

Cuando Big Mama Thornton rugía sus penas al aire, la tierra temblaba unos segundos. Cantaba como si la vida le fuese en ello, y es que el viaje de aquella mujer afroamericana por los circuitos del blues de los años cincuenta fue agitado, pero dotó a su música de una cruda veracidad. Bebedora feroz, fue tachada de lesbiana mientras se abría paso en un mundo de hombres donde abundaban los justicieros, los pendencieros y los borrachos armados. Aquel fue el escenario de esta pionera, educada musicalmente en las iglesias de Alabama, que soplaba la armónica como los grandes, tocaba varios instrumentos y componía sus propias canciones.

Thornton vivió el auge del blues previo al rock y el revival impulsado por las bandas británicas en los sesenta, pero nunca tuvo demasiada suerte. A pesar de ello dejó dos canciones claves en la historia del rock. A principios de los 50 grabó Hound dog, el tema que más tarde lanzó a Elvis, y a mediados de la década siguiente compuso Ball and Chain, la canción que consagró a Janis Joplin. Por la grabación del tema de Lieber y Stoller recibió un cheque, por su gran éxito no cobró nada. A pesar de que Joplin siempre reconoció la autoría de Thornton, los derechos pertenecían a su antiguo sello, con quienes grabó una primera versión a principios de década que no se llegó a editar.

En Ball and Chain, Big Mama Thornton mostró todo su talento para componer, tocar y cantar en una exhibición que medio siglo después sigue desgarrando el alma de los que acuden a su música en momentos de debilidad, los que buscan esa capacidad que tenía Thornton para golpearte con un blues salvaje y luego consolarte susurrándote una balada. Ball and Chain fue su mejor tema, que más tarde dio nombre a su álbum de 1968, pero también otra zancadilla del destino. Mientras ella siguió en una segunda fila, Janis Joplin se convirtió en una gran estrella, en parte por su interpretación de Ball and Chain en el festival de Monterrey de 1967, que luego fue uno de los singles del exitoso Cheap Thrills, el último disco de Joplin con Big Brother and The Holding Company.

La banda de Joplin barnizó de psicodelia y rock aquel tema de blues, que habla del amor que se escapa, de las segundas oportunidades y de las condenas de las relaciones mal llevadas. Y su éxito fue una segunda oportunidad para Thornton, que gozó de prestigio entre los hippies de los sesenta y que visitó Europa con los grandes del blues con estatus de estrella. Aquella canción intensa unió de algún modo a ambas mujeres, las dos salvajes, fuertes en un mundo de hombres, capaces de repartir alegría y conmover con su tristeza. Las dos artistas compartieron canción y destino. Cada una la sintió a su manera, pero las dos la cantaron con el alma antes de que la muerte las fuese a buscar a un bar, a Joplin a los 27 años y a Big Mama Thornton a los 54. En 1995 el Rock n Roll Hall of Fame incluyó las interpretaciones de Thornton de Hound dog y Ball and Chain en su lista de las canciones que dieron forma al rock, un reconocimiento tardío a una artista única y demasiado olvidada.

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