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Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

Superwoman Pastor

La entrevista a Diego Torres, el colega de Urdangarin en el caso Noos, resultó dinamita. Ana Pastor fue menos Ana Pastor que nunca

Jesús Ruiz Mantilla

Deben andar cortitos de presupuesto en La Sexta. Si no, cuesta entender que tuviéramos que pasar la tarde y la noche del domingo completas en compañía de Ana Pastor. La tensión informativa requería reacciones contundentes en el Parlamento de Cataluña. Una cadena cuya estrategia mezcla ojo atento hacia la actualidad política y argumentos para sostener a todo tipo de tertulianos, no podía programar un simple estrenos tv ante el pifostio separatista.

Pero, ¿justifica eso una sobredosis de Pastor? Ellos sabrán. La audiencia, también. Nuestra vedette catódica debería medirse para no acabar hartando al personal con tanto culto a la personalidad. Más vale calidad que cantidad. Y el hambre de cámara se justifica aun menos cuando lo que tenía programado en su regreso con El objetivo era material de primera.

La entrevista a Diego Torres, el colega de Urdangarin en el caso Noos, resultó dinamita. Pastor fue menos Pastor que nunca. Con su boli Bic haciendo malabares entre los dedos y su paquetón de folios a mano, apartó esa ansia de hiena y de quedar por encima que la caracteriza para dejar que el propio entrevistado se retratara con preguntas muy pertinentes.

Y así es como, en su estreno ante las cámaras, descubrimos a un tiburón de maneras vaticanas dispuesto a embadurnar de arriba abajo a toda la casa real y aledaños. No quedó uno vivo en boca de Torres, pese a que todos deben resultar exculpados, a su juicio. En la sentencia del tribunal, se refiere. Porque ante la opinión pública, su intención es que nadie se libre de condena. Los cientos de miles de documentos que, dice, obran en su poder con correos cruzados, actas de reuniones y grabaciones en video, demostrarán, según sus sutiles amenazas, que raro fue quien no se enteró de sus manejos para mercadear con dinero público.

Vamos mejorando, Pastor. Aunque alguien debería medir ese vanidoso impulso de super woman que eclipsa tus mejores cualidades.

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Sobre la firma

Jesús Ruiz Mantilla
Entró en EL PAÍS en 1992. Ha pasado por la Edición Internacional, El Espectador, Cultura y El País Semanal. Publica periódicamente entrevistas, reportajes, perfiles y análisis en las dos últimas secciones y en otras como Babelia, Televisión, Gente y Madrid. En su carrera literaria ha publicado ocho novelas, aparte de ensayos, teatro y poesía.

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