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“Este es un gran trabajo para narcisistas”

Matt Berninger, cantante de The National, ha editado este otoño el primer disco de Elvy, el grupo que comparte con Brent Knopf

Matt Berninger, en un concierto en 2014 in Berlin.
Matt Berninger, en un concierto en 2014 in Berlin.Frank Hoensch (Redferns via Getty Images)

"Mi momento favorito es cuando enciendo el portátil, me pongo los cascos, abro una cerveza y comienzo a escribir dejándome llevar por la música. Me gustan esos primeros momentos en los que una canción se descubre a sí misma", relata por teléfono Matt Berninger, cantante de The National, inmerso en la primera gira de Elvy, el proyecto que le une a su viejo amigo Brent Knopf. "Nos conocimos en Portland hace doce años y llevábamos tiempo con la idea de hacer algo juntos. Un día le pedí que me mandase propuestas y me pasó un archivo lleno de piezas en las que llevaba años trabajando". Hace poco más de un año, tras concluir la última gira de The National, Knopf y Berninger comenzaron a trabajar en Return to the moon, su primer disco juntos, aunque Berninger promete que habrá más tras la buena acogida que está teniendo el grupo. "Pensamos que esto sería algo ocasional, pero lo hemos pasado tan bien y nos han recibido tan bien que hemos cambiado de opinión", admite.

Matt Berninger goza de respeto dentro de la música después de tres lustros peleando por la supervivencia de un grupo que ahora vive su mejor momento con largas giras en grandes recintos y colgando el cartel de "Todo vendido". No siempre fue así. Los inicios de The National fueron duros. Sus primeros discos recibieron malas críticas y en sus conciertos no aparecía mucha gente. "A mí me gustaban las canciones y creía en ellas", explica. "Nunca nos medimos en función de la cantidad de gente que venía a los conciertos o compraba los discos, nos fijábamos en lo mucho que nos gustaba lo que estábamos haciendo", añade el cantante. "Con los años fuimos viendo que al menos las cosas iban mejorando. Donde un día vinieron 50 personas, al siguiente concierto venían setenta. Si hubiera sido al revés no sé si hubiésemos seguido". El camino fue largo y lento, pero siempre seguía avanzando. "No hubo un punto de inflexión", admite Berninger. "Quizá cuando publicamos Alligator, que fue el primer disco que no editamos en un sello que fuese nuestro, sí que pensamos que algo iba a cambiar". De aquellos años duros viene su costumbre de leer todas las críticas. "Las miro siempre, aunque las buenas las leo unas diez veces y las malas las ojeo rápidamente", bromea.

Cuando escucho los primeros discos veo lo amargado que estaba entonces

Las críticas buenas llegaron, pero los primeros años, en los que el grupo mantenía otros trabajos fuera de la música, generaron mucha frustración. "Cuando escucho esos discos veo lo amargado que estaba entonces", confiesa el cantante. Pero para él la música tiene que ser personal, incluso visceral, para plasmar sentimientos que sean auténticos. "No siento ninguna necesidad de proteger nada cuando hablamos de escribir canciones. No todo trata sobre mí específicamente, pero las emociones sí son personales. Nunca he estado interesado en música que no fuese personal. Adoro escribir e indagar en los sentimientos. Es un poco narcisista, pero para gente así este es el mejor trabajo del mundo. Me permite subir a un escenario a beber vino y a cantar sobre mí mismo", bromea.

La experiencia que dan los años ha cambiado su forma de entender la música. "Ahora me pongo menos presión", admite. "Soy un compositor más relajado. Antes me agobiaba mucho escribiendo. Sigo trabajando duro pero he dejado de ser tan neurótico sobre cada pequeño detalle, al menos desde el primer día de trabajo". ¿Los motivos? "Puede que sea porque he tenido un hijo y tengo otra perspectiva de las cosas y ya no me estreso tanto con todo". La paternidad y los años han relajado el proceso de escritura, pero otra cosa es el momento de ponerse delante del público. "Hay momentos sobre el escenario en los que te transformas en otra persona, en los que te vas lejos, a otro lugar, y te pierdes", relata. "Cuando hay conexión entre las canciones y el público sientes que estás en la cima del mundo. Son las dos cosas que más me gustan. Escribir una canción y luego presentarla ante el público. Es una sensación increíble. Por eso me gusta tanto este trabajo".

El tercer intento

Elvy es la tercera formación musical en la que participa Matt Berninger. La primera fue Nancy, una banda con influencia de Pavement que fundó en los años noventa y de la que solo salió un álbum. Para cuando terminó la década, Nancy había muerto y Berninger estaba inmerso en he National, el grupo que le dio la fama a él y a sus compañeros Aaron y Bryce Dessner y Bryan y Scott Devendorf.

En Elvy, su nuevo proyecto, se alía ahora con Brent Knopf, conocido por su participación en los grupos Ramona Falls y Menomena.

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