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Pasión por una galaxia muy lejana

El universo de Star Wars se expande en las pantallas de cine con 'El despertar de la Fuerza' y en las librerías con multitud de libros de todos los géneros

Fotograma de 'Star Wars VII, El despertar de la Fuerza', de J. J. Abrams.
Fotograma de 'Star Wars VII, El despertar de la Fuerza', de J. J. Abrams.

En las primeras páginas de Star Wars. Consecuencias —la novela de Chuck Wendig que abre una trilogía literaria desarrollada en el limbo de tres décadas de tiempo galáctico que media entre los acontecimientos narrados en El retorno del Jedi (1983) y los de la recién estrenada Star Wars: el despertar de la Fuerza—, el derrumbe del monumento del Emperador Palpatine en el planeta Coruscant intenta evocar, con escasa sutileza, la caída de la estatua de Sadam Husein en la plaza Al Fardus de Bagdad el 9 de abril de 2003. Dos años y un mes después de ese derrumbamiento iraquí, el estreno de Star Wars: Episodio III – La venganza de los Sith (2005) inspiraba entre la crítica cinematográfica otro tipo de lecturas políticas, que veían en la culminante ascensión del Imperio y en la comunión de Darth Vader con el Lado Oscuro una posible toma de postura de George Lucas, a través de la cultura popular, frente a los excesos de la Administración de Bush. ¿Cómo cabe conciliar las dos lecturas? ¿Fueron las dos trilogías de la saga original, en manos de Lucas, una insidiosa metáfora, en clave progresista, de la deriva de las democracias occidentales —y, en par­ticular, la estadounidense— en dirección a formas y protocolos filototalitarios? ¿Vendrá la nueva saga, en manos de J. J. Abrams, a reorientar el sesgo de esa influyente mitología hacia lo conservador, proponiendo la última palabra en propaganda espectacular para validar el statu quo? ¿O será más bien que el universo Star Wars es lo suficientemente amplio —y lo bastante ambiguo y contradictorio de por sí— como para que cualquiera pueda ver en él lo que se le antoje?

Esta última posibilidad es la que parece más plausible a la luz de las heterogéneas lecturas académicas que reúne el volumen Star Wars. Filosofía rebelde para una saga de culto, coordinado por los profesores de literatura Carl Silvio y Tony M. Vinci. La traducción española reproduce el grueso del libro colectivo Culture, Identities and Technology. Essays on the Two Trilogies, publicado en 2007, pero con algunas variantes: se echa en falta la introducción de los dos coordinadores y un par de ensayos con títulos de entrada tan estimulantes como ‘Apocalyptic Determinism and Star Wars’ y ‘The Emperor’s New Clones or Digitization and Walter Benjamin in the Star Wars Universe’, pero se añade el capítulo‘Star Wars y las grandes religiones orientales’, de Julien R. Fielding, extraído del libro Sex, Politics and Religion in ‘Star Wars’. An Anthology, coordinado por Douglas Brode y Leah Deyneka y publicado en 2012. Star Wars. Filosofía rebelde para una saga de culto tiene algunas debilidades bastante comunes a todo estudio académico colectivo en torno a un fenómeno de la cultura popular —con esa tendencia a deformar el objeto de estudio para que encaje en el prisma teórico que se le aplica—, pero se erige en gratificante islote reflexivo en medio de una avalancha de novedades dominada por las servidumbres de una de las más aparatosas campañas promocionales generadas por un estreno cinematográfico.

En el libro hay miradas disidentes y, sobre todo, algo que resulta bastante sorprendente: una suerte de argumento subterráneo que otorga coherencia a las diferentes lecturas sobre el universo imaginario creado por George Lucas. Ese argumento unitario no es otro que el de encontrar las claves de la profunda desilusión colectiva que generó la segunda trilogía de la saga galáctica, como si las tres primeras películas hubiesen nacido bendecidas por la Fuerza y las tres precuelas fuesen pura emanación del Lado Oscuro. Junto a aportaciones que descifran el conjunto a la luz del feminismo, la teoría de género, la óptica racial o la política — Silvio sostiene que este corpus imaginario está ahí como aleccionamiento colectivo para la era del capitalismo global—, destaca el análisis de Dan North sobre las razones profundas (tanto formales como filosóficas) que justificarían la repulsa general provocada por el personaje de Jar Jar Binks.

El estreno de Star Wars: el despertar de la Fuerza marca un traspaso de poderes: la mitología creada por George Lucas pasa ahora a manos de J. J. Abrams, dispuesto a erigirse en ejecutor de los sueños y deseos de una comunidad de fans que ha tomado el poder por delegación, derrocando al Emperador de este sistema imaginario. En J. J. Abrams. La teoría de la caja, Toni de la Torre analiza las estrategias narrativas del hombre que está detrás de series televisivas tan influyentes como Alias, Perdidos o Fringe, situando la génesis de su particular manera de entender el relato en el regalo que le hizo su abuelo en su infancia: una caja mágica que Abrams nunca abrió y que permanece cerrada en su despacho como tótem de su fascinación por el poder de las incógnitas (y de su posible desinterés por resolverlas de forma convincente): “¿Y qué es una historia sino una caja que puede contener cualquier cosa?”. “¿De qué se disfraza Qui-Gon Jinn para proteger a la baronesa Omnino cinco años antes de la batalla de Naboo?” o “¿quién toca el cuerno chidinkalu en la banda de Max Rebo?” son dos de las 2.500 preguntas extremadamente especializadas que propone Loco por ‘Star Wars’, de Benjamin Harper, a los fans fatales de la saga.

El renacimiento de Star Wars en las pantallas llevará al paroxismo un proceso que empezó en enero de 1978, cuando el número 7 del comic-book de la serie editado por Marvel prolongó el argumento de la película con nuevas aventuras de los mismos personajes. Nacía, así, lo que se ha dado en llamar el Universo Expandido de Star Wars, que tendría su puesta de largo oficial con la publicación de la novela El ojo de la mente, de Alan Dean Foster, exnegro literario de un George Lucas que firmó sin sonrojo la novelización de La guerra de las galaxias. Con las ditirámbicas cifras alcanzadas por el primer comic-book de esta nueva era —más de un millón de ejemplares vendidos— en la que hay más de cinco colecciones diferentes en circulación, resulta innegable que el fenómeno goza de buena salud. Queda la duda de si tanta abundancia no llevará al colapso, a la muerte por exceso (de éxito) o a la veloz devaluación de lo que en 1977 nació como salto al vacío para revelarse mitología perdurable.

‘Star Wars’. Consecuencias. Chuck Wendig. Traducción de Jaume Muñoz Cunill. Timun Mas/ Planeta Cómic. Barcelona, 2015. 464 páginas. 22 euros.

‘Star Wars’. Filosofía rebelde para una saga de culto. Varios autores. Traducción de Miguel Ros González. Errata Naturae. Madrid, 2015. 288 páginas. 19,90 euros.

J. J. Abrams. La teoría de la caja. Toni de la Torre. Timun Mas. Barcelona, 2015. 29,95 euros.

Loco por ‘Star Wars’. Benjamin Harper. Varios traductores. Timun Mas. Barcelona, 2015. 320 páginas. 24,95 euros.

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