La herencia luminosa de Francisco Giner de los Ríos
La Fundación del filósofo y pedagogo español inaugura una exposición con motivo del centenario de su muerte
¿Qué pensaría Francisco Giner de los Ríos de una España que ha marginado los valores que él promovió de educación, ciencia y enseñanza de las humanidades? Los 400 objetos de la exposición dedicada al centenario de su muerte parecen lanzar esa pregunta. Documentos, fotografías, cuadros, cuadernos, esculturas o prendas conforman El maestro de la España moderna. Francisco Giner de los Ríos y la Institución Libre de Enseñanza que se inauguró ayer en la sede de la Fundación Giner, en Madrid.
Una muestra que reivindica el valor y la vigencia de su filosofía para formar mejores ciudadanos apoyados en la cultura y en la educación. Entre las novedades figuran dos apartados inéditos: seis fotografías de Giner de los Ríos (1839-1915) hacia el año 1900. Se le ve en la cima de unas rocas mirando al horizonte, bajo unos árboles, en un puente con unos amigos, paseando en el jardín de su casa donde instaló el colegio, a orillas de un río y sentado al aire libre. Son los años de la plenitud de su proyecto de modernizar a sus conciudadanos en la libertad, la convivencia, la tolerancia y en un sistema donde el alumno aprende el valor de la educación y él mismo crea sus libros a partir de las clases recibidas. Un “Sócrates español”, como lo definió Miguel de Unamuno.
La exposición, organizada por la Fundación Francisco Giner de los Ríos ILE y Acción Cultural Española, está dividida en cinco apartados: 1, Orígenes y primera etapa del proyecto institucionista (1863-1881); 2, La construcción del proyecto institucionista (1882- 1906); 3, La plenitud (1907-1936); 4, La Guerra Civil y los exilios; y, 5, Una tradición recuperada. Un recorrido del pasado que busca impulsar el futuro y que sirve para inaugurar la nueva sede de la Fundación distinguida este año con el premio del Colegio Oficial de Arquitectos de Madrid (COAM).
“En esta muestra se aprecia el reencuentro de España con la modernidad. En 1914, el nivel cultural del país era muy alto, sólo alcanzado después de la Transición”, aseguró José García Velasco, comisario de la exposición. “Es una edad de plata donde se ve el esfuerzo modernizador de España”, según Elvira Marco, de Acción Cultural Española.
Un espíritu modernizador reconocido por José Ortega y Gasset, quien dijo que “seguir a Giner es seguir hacia adelante”.
El pedagogo malagueño murió el 18 de febrero de 1915, pero su proyecto continuó en varias instituciones. Hasta el 21 de abril de 1939, hacia el final de la Guerra Civil. Así quedó registrado en un trozo de hoja escrita a máquina y revelada en la exposición:
“Institución libre de Enseñanza. / Francisco Giner, 14. / Incautado el edificio por el Primer Cuerpo de Ejército. -F.E.T. y de las JONS para su Organización juvenil. -Núm.105. / Fecha incautación: 21 de abril de 1939”.
Líneas definitivas con las que la bota del franquismo truncó el proceso de modernización de la enseñanza.
¿Qué pensaría Giner de los Ríos al ver que un siglo después de su muerte su país no presta mucha atención a las humanidades, arrincona a la filosofía y las bellas artes en el bachillerato e invierte poco en ciencia? “La exposición pone en valor esa etapa de modernización en la que Giner fue pionero, y que se hable de la educación”, reflexiona Elvira Marco.
“Habrá que recuperar todo eso que es tan importante en la educación y en la ciencia. Él era defensor de todo ese arco de estudios que estuvieron en el epicentro y contribuyeron al desarrollo español”, recuerda Alicia Gómez-Navarro, directora de la Residencia de Estudiantes, uno de los proyectos de Giner.
“Pensaría que es necesario un pacto por la educación. Aunque él nunca lo logró. Estamos al límite de no llegar a tiempo. Ese es el desafío. Debe haber temas que estén fuera del debate, y este es uno de ellos”, reclama García Velasco.
Y Giner de los Ríos responde con la frase que abre la exposición: “Las obras lentas son duraderas. ¡Ojalá esta nación lo comprenda algún día!”.
Babelia
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