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Ver o leer: siete libros que se hicieron película

FilminLatino recomienda a los lectores de EL PAÍS obras de Rulfo, Ibargüengoitia y José Emilio Pacheco que puedes ver en línea

Fotograma de 'Pedro Páramo'.
Fotograma de 'Pedro Páramo'.

Este viernes arranca la edición 29 de la Feria del Libro de Guadalajara, la más grande e importante de Iberoamérica. La relación entre el cine mexicano y la literatura ha sido muy cercana. Arturo Ripstein, uno de los decanos del cine nacional, comenzó su carrera hace 50 años filmando un guión escrito por Carlos Fuentes y Gabriel García Márquez. Otros grandes de las letras mexicanas, como Juan Rulfo, Jorge Ibargüengoitia y José Emilio Pacheco, también han sido llevados al cine. FilminLatino, la plataforma en línea de cine mexicano e internacional, selecciona para los lectores de EL PAÍS siete títulos de su catálogo de libros que fueron adaptados a la gran pantalla.

Mariana Mariana, de Alberto Isaac (1986)

Inicialmente, José Estrada iba a filmar la adaptación de Las batallas en el desierto, de José Emilio Pacheco, una de las historias más emblemáticas y populares de las letras mexicanas. Su muerte repentina, sin embargo, hizo que el proyecto terminara en manos de Alberto Isaac. Este realizador centró su atención en Carlitos, el hijo menor de una familia conservadora que habitaba la céntrica colonia Roma de la Ciudad de México. El personaje encuentra su primer amor en Mariana, la mamá de su mejor amigo, Jim. Aunque trata de ser un acercamiento fiel a la novela, el filme no goza de la misma fortaleza del libro de Pacheco, pero sí logra transmitir esa mirada nostálgica de los cambios sociales que se vivieron en el país en la década de los cincuenta.

El imperio de la fortuna, de Arturo Ripstein (1985)

En los años cincuenta, Juan Rulfo escribió la novela corta El gallo de oro. Para su versión en cine, Paz Alicia Garciadiego desarrolló el guion de El imperio de la fortuna, que gira alrededor de la vida de Dionisio, un hombre que acostumbra a frecuentar los palenques a pesar de vivir en la pobreza. El personaje recibe del acaudalado Lorenzo Benavides un gallo malherido. En lugar de comerse al animal, decide cuidarlo y convertirlo en un ganador de peleas. Su suerte cambia y la fortuna llega, teniendo a La Caponera, no sólo como su pareja, sino también como su talismán. Ernesto Gómez Cruz obtuvo el premio a la mejor interpretación masculina en el Festival de San Sebastián.

Maten al león, de José Estrada (1975)

Jorge Ibargüengoitia, originario de Guanajuato, publicó en 1969 la sátira Maten al león, su segunda novela. José Estrada decidió llevarla al cine para contar una historia que ironizara sobre las dictaduras militares en América Latina. El filme transcurre durante la década de los veinte en Puerto Alegre, la capital de la imaginaria isla caribeña de Arepa, que es un círculo pequeño y que tiene solo 35 kilómetros de diámetro. El sitio se convierte en el centro de una conspiración política que se fija como objetivo matar al tirano Manuel Belaunzarán, un general que peleó en las guerras de independencia contra los españoles, justo cuando se dispone a reelegirse por quinta vez y propone la creación de la presidencia vitalicia.

El lugar sin límites, de Arturo Ripstein (1977)

El escritor chileno José Donoso publica su novela El lugar sin límites en 1966, que fue escrita durante su estadía en México. Casi una década después, Arturo Ripstein decide hacer su versión en cine de esta historia que resulta apabullante. La película cuenta un trágico triángulo amoroso entre La Manuela, el travesti del pueblo, dueño de un burdel, su hija La Japonesita y Pancho, un hombre machista y agresivo que se permite cruzar sus propios límites. En este pueblo hay hombres que desean el poder, mujeres que desean a los hombres y hombres que se desean entre sí. Esta es una de las obras más importantes en la larga carrera de Ripstein.

Pedro Páramo, de José Bolaños (1975).

Pedro Páramo es una de las obras cumbres de la literatura mexicana. El relato rural de Juan Rulfo ha sido adaptado en tres ocasiones a la pantalla a pesar de que encierra una gran dificultad para los cineastas que quieren llevarlo a la pantalla por el abismo conceptual e interpretativo del breve texto. La primera versión cinematográfica es de 1967, con el estadounidense John Gavin como el personaje principal. En 1975, José Bolaños, volvió a llevarla al cine con Manuel Ojeda como protagonista. En esta versión, que puedes ver en línea en FilminLatino, también participan grandes actrices como Blanca Guerra y Patricia Reyes Spíndola.

Estas ruinas que ves, de Julián Pastor (1978)

Paco Aldebarán, un profesor universitario de literatura, vuelve a su pueblo natal para sumarse a un pequeño grupo de maestros de escasas ambiciones. La vida cotidiana, al margen de las aulas, consiste en propagar chismes, beber, pasear por la pequeña ciudad, y enfrentarse a las autoridades al ser conscientes de que sus conocimientos los sitúan en un lugar privilegiado por encima del resto de los ciudadanos. La película es una adaptación de la novela de Ibargüengoitia, que explora en la condición humana a partir de las debilidades de los hombres.

Abolición de la propiedad, de Jesús Magaña (2012).

José Agustín escribió en 1969, con solo 25 años y de un jalón, Abolición de la propiedad, una historia que fue llevada al cine en 2012 por Jesús Magaña. Una pareja se conoce a través de las conversaciones en una vieja grabadora Ampex. Todo sucede en un sótano oscuro. Las charlas grabadas entre Norma y Everio coinciden con las que ellos sostienen en la realidad. Lo que preocupa a Norma es que no conocía a Everio. Lo último que escuchó fue que él la ahorcaba. Esta es una interesante recreación de cómo el cine y la literatura encuentra un punto de comunión.

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