1.500 kilos

LaSexta columna dedicó el pasado viernes su particular recuerdo a la muerte del dictador con el programa 40 años enterrando a Franco (un 8,7% de audiencia y 1.528.000 espectadores). Fue un programa correcto, con momentos excelentes en los que el material de archivo demostró una vez más su enorme valor informativo. Se puede recrear literariamente la agonía, muerte, velatorio y entierro del dictador, alcanzar cimas de ficción como Yo el Supremo, pero nada tienen que ver con esas imágenes terribles de un anciano entubado hasta las cejas que publicó la fugaz revista de Jaime Peñafiel, o esas interminables colas en el Palacio de Oriente para ver el cadáver de quien sojuzgó a la ciudadanía durante varias generaciones.

El programa se centró, básicamente, en lo político, y más concretamente en esos 20 meses que fueron desde la muerte de Franco a la aprobación de la Constitución. Dicho de otra manera: sobre lo ya sabido por más que el recordarlo sea conveniente cuando la mayoría de los posibles espectadores no lo vivieron. Y algunas curiosidades: cómo el redactor jefe de noche de Europa Press reventó la Operación Lucero (el comunicar la muerte del general cuando al Gobierno le conviniera) al adelantarse en tres o cuatro horas la primicia de la noticia sobre el horario previsto; los entrenamientos de los enterradores para cerrar la tumba del Valle de los Caídos en menos de dos minutos con una lápida de piedra de 1.500 kilos; la colaboración objetiva de ETA con el sector más duro del franquismo, pues los 30 asesinatos que perpetraron en esos 20 meses sólo beneficiaban a la extrema derecha, o la insólita reacción del exministro del Interior Martín Villa de quitarse el micrófono y dar por terminada la entrevista ante la lógica pregunta de por qué se condecoró al torturador Billy el Niño con la medalla de plata del Mérito Policial.