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El duende de Enrique Morente resucita en seis discos

Los cinco primeros álbumes del cantaor granadino, fallecido en 2010, se reeditan remezclados junto a otro con temas inéditos

Enrique Morente en una imagen publicitaria del sello Hispavox de 1971.
Enrique Morente en una imagen publicitaria del sello Hispavox de 1971.ONTAÑÓN

Corrían años aún oscuros y difíciles, recién mediado el pasado siglo, cuando un joven Enrique Morente dejó su Granada natal y marchó a Madrid. Portaba como bagaje apenas unos cuantos cantes de su tierra, un exiguo patrimonio que no tardaría en acrecentar gracias a su gran deseo de aprender y a un carácter, el mismo que le acompañó de por vida, que le abrió puertas y le granjeó la simpatía de maestros como Pepe de La Matrona o Bernardo de los Lobitos, los primeros de una larga lista (Aurelio Sellés, Manolo de Huelva…) que se iría incrementando con su impenitente actitud de aficionado y oyente atento: “Soy el eterno discípulo... no hay un cantaor que tenga más maestros que yo”, diría de sí mismo.

En 1967 Morente haría su debut discográfico con el disco Cante flamenco, para la casa Hispavox, sello en el que registraría cuatro álbumes más hasta 1977. Esos cinco discos, junto a un sexto de inéditos y rarezas, componen una caja que se ha titulado con un verso de Machado que habría sido del gusto del artista: …Y al volver la vista atrás. Enrique Morente. Sus primeras grabaciones restauradas y remezcladas (Warner), que se pone a la venta el próximo viernes 20 de noviembre. Se trata de una producción dirigida y realizada por José Manuel Gamboa con la colaboración como técnico de sonido de Carlos Martos.

Para el trabajo han acudido a las cintas originales, que eran en su mayoría masters en estéreo, y, sobre ellas y título a título (69 en total), han restaurado y remezclado los viejos registros. “Son grabaciones del pasado que, atravesando el túnel del tiempo, reaparecen actuales”, dice Gamboa, quien insiste en que no se trata de una remasterización.

Matices cruciales

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La escucha, o la comparación minuciosa, si así la quiere el aficionado, muestra la mejora a la primera audición. El ronco del Albaicín está hecho un chaval, y el nuevo sonido posibilita que se descubran “matices cruciales que antes pasaban inadvertidos”. Y crucial debió de ser la prueba a la que sometieron el trabajo, presentado en exclusiva para la familia Morente y algunos invitados, el guitarrista Pepe Habichuela entre ellos, que lo recibieron con “emocionadas lágrimas”.

Esos cinco primeros discos del cantaor bien podrían suponer un anticipo, una apretada síntesis, de lo que habría de ser la carrera de Enrique Morente: un mirar hacia atrás para ir hacia delante, axioma fundamental morentiano. Así, en sus dos primeras grabaciones (la segunda sería Cantes antiguos del flamenco, de 1969) estamos ante un Morente antológico, que ofrece estilos con detallada descripción de paternidades (Chacón, Enrique El Mellizo, Pedro El Morato, El Canario…) y geografías cantaoras (Jerez, Almería, Los Puertos…). También se muestra mayormente ortodoxo el artista, que siempre defendió que “la ortodoxia debe servir para invitar a recorrer nuevas veredas”. Por esos años, le contaba a José Luis Ortiz Nuevo que hay que “tener una afición y un respeto por los cánones del cante, tienes que tener un amor por los cantes viejos, si no eres buen aficionado no puedes sacar nada, pues no tienes base, entonces ¿de dónde vas a sacar?”.

Él sacó de lo viejo y de lo propio en su tercera grabación, Homenaje flamenco a Miguel Hernández, grabado entre 1969 y 1970, aunque la censura lo mantendría retenido hasta 1971, cuando autorizó su publicación sin el corte Aceituneros (Andaluces de Jaén). El cantaor le reconoce a Ortiz Nuevo: “Fue a partir de Miguel Hernández cuando empecé a hacer cosas mías, músicas mías, cantes míos…”. Además de El niño yuntero, sobre malagueñas de La Trini, Gamboa destaca la “propuesta lírica/cantaora-creadora” de Sentado sobre los muertos, basada en primitivos romances sanluqueño-portuenses, pero personalísimamente morentiana. Abierto el sendero, Morente firma ya sus propios tangos, seguiriyas, tientos o fandangos en su cuarto disco, Se hace camino al andar (1975). Y para consolidar su marcha contra la corriente de la época, dos años después, el disco doble Homenaje a D. Antonio Chacón, con el acompañamiento de Pepe Habichuela.

“Echar para atrás para coger fuerzas en el salto adelante. Y le salió magistral. Si se trataba de arqueología, pues cogió fuerzas en Chacón, es decir, en el referente histórico anterior al canon de su tiempo, ese que marcaban los dictados de Antonio Mairena…”. Quien así opina es otro morentiano de pro, Pedro G. Romero, quien recuerda cómo los textos que acompañan estas primeras grabaciones, los de José Blas Vega o Manuel Ríos Ruiz entre otros, “insisten en el mismo asombro, lo nuevo y lo viejo a la vez. Clasicismo y vanguardia, conocimiento y atrevimiento, melodía y radicalidad”.

'Pa ese coche funeral’ y otros inéditos

El acceso a las cintas originales ha posibilitado el rescate de una serie de piezas inéditas. Dos de ellas habían sido prohibidas por la censura: Pa ese coche funeral, el fandango de Cepero que cantó Morente en el San Juan Evangelista el día del atentado contra Carrero y se lió parda, y el tema Aceituneros del disco a Miguel Hernández.

Otras piezas son tomas alternativas, descartes o parte de discos que no se completaron. También está la primera grabación que realizó Enrique Morente en 1966 para el ballet flamenco La Celestina, el ballet de Susana y José que grabó en 1966, y, en el capítulo de rarezas, tres jugosos cortes en los que el quejío de Morente convive con violines, voces, guitarras eléctricas o sitar de estética decididamente hippy. Se trata de temas registrados en 1975 junto al rockero sevillano Gualberto, que con su grupo Smash ya había experimentado con el flamenco.

El resultado es una histórica actualización del sonido de uno de los artistas claves en la evolución reciente del flamenco, y se completa con una cuidada edición replicando los vinilos originales dentro de una caja que incluye una guía de escucha escrita por José Manuel Gamboa, fotos de aquellos años y comentarios de dos especialistas en Morente como son José Luis Ortiz Nuevo y Pedro G. Romero. Además, para los más curiosos y los estudiosos de Morente, estará disponible para su descarga desde Internet un documento con las letras de todos los cantes de cada uno de los álbumes, así como la guía de escucha, fotos adicionales y la información completa de las ediciones originales.

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