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Las figuras volverán a la Feria de Abril

Ramón Valencia, empresario de la Maestranza, se muestra optimista en una entrevista tras hablar con los cinco ausentes

Antonio Lorca
El empresario Ramón Valencia, durante la entrevista.
El empresario Ramón Valencia, durante la entrevista.PACO PUENTES

Casi con toda seguridad, Morante de la Puebla se anunciará cinco tardes en año que viene en Sevilla, y volverán las cinco figuras que vetaron en 2014 a la Maestranza; la próxima Feria de Abril constará de dos semanas de toros, del 3 al 17 de abril, y se espera que sea un ciclo en el que se combinen toreros consagrados con jóvenes emergentes que ilusionen a los muchos abonados que han abandonado su localidad en los últimos tiempos.

Estos son algunos de los asuntos que están sobre la mesa de Ramón Valencia (Albacete, 1951), aparejador y exitoso empresario inmobiliario, que a principios de la década de los ochenta se casó con una de las hijas de Diodoro Canorea, gerente entonces de la plaza sevillana, y, por los avatares del destino, es ahora el máximo y único responsable del coso tras la retirada de su socio Eduardo Canorea el pasado mes de junio.

Prefiere callar sobre el enfrentamiento pasado con las figuras y hablar de diálogo, imaginación y unidad, los tres cimientos fundamentales de su gestión como empresario y hombre del toro. Diálogo, para que vuelvan a Sevilla El Juli, Morante, Talavante y Perera, ausentes durante los dos últimos años tras unas declaraciones poco afortunadas de Canorea sobre el papel de estos en la crisis económica; imaginación, para movilizar a quienes han desistido de pasar por taquilla, y unidad de los distintos sectores taurinos para hacer frente a los muchos problemas que padece actualmente la fiesta de los toros.

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Pero la Maestranza de Sevilla es su prioridad.

‘Trabajo intensamente desde hace tres meses en un intento de aproximación con los toreros ausentes, y creo que su actitud es muy positiva para alcanzar un acuerdo’, dice Ramón Valencia. ‘El pasado está cerrado, y es bueno que todos pensemos en el futuro y en la gran influencia que Sevilla ejerce en la propia fiesta’.

Morante de la Puebla ha sido el primero en dar un paso al frente y ha expresado su deseo de anunciarse cinco tardes en la Maestranza. ‘No tengo inconveniente en aceptar su propuesta’, afirma el empresario, ‘y le agradezco su actitud’.

Pagamos a la Real Maestranza un alquiler que está totalmente fuera del mercado"

- Pero el torero pone como condición inexcusable que se allane la pendiente del ruedo.

- Posiblemente, lleve razón y haremos lo posible para que la plaza sea más plana; pero también le he dicho que ‘en abril, aguas mil’, y debe haber una pequeña pendiente para que corra el agua en caso de lluvia. De todos modos, el que torea es él y debo respetar su criterio.

Un cartel de tres figuras con la plaza llena es ruinoso"

- ¿Y José Tomas?

- Dentro de unos días, llamaré a su hermano en la confianza, como siempre, de que sea posible un acuerdo. En los buenos momentos económicos no hubo entendimiento a pesar de que le ofrecimos lo máximo, a sabiendas de que la empresa perdía dinero; y otros años nos ha manifestado que venir a Sevilla no entraba en sus planteamientos. Sin ánimo de ofender, creo que el interlocutor del torero, (su apoderado, Salvador Boix, hasta 2013), no era el más adecuado.

Ramón Valencia es consciente de que la temporada 2016 en Sevilla es una difícil papeleta. De su capacidad e imaginación dependen, fundamentalmente, la calidad de los carteles y la posibilidad de que la Maestranza vuelva a colgar el cartel de ‘no hay billetes’. Pero, a su juicio, cuenta con un enemigo peligroso: la crisis económica.

‘Ese es el elemento que más ha distorsionado el espectáculo taurino’, explica. ‘Los datos del número de abonados lo confirman: de un aforo total de 10.700 localidades, se vendieron casi 6.500 abonos del 2001 al 2008, y, desde esa fecha hasta hoy quedan menos de 2.500. Hay otras causas, como

el desapego de los políticos, la campaña de los antitaurinos, el toro…, pero la crisis económica ha sido nefasta en esta ciudad’.

Insiste Ramón Valencia, además, en que abrir la Maestranza es muy gravoso para la empresa Pagés. ‘Esta es la plaza más cara de España a todos los niveles’, enfatiza. ‘Cuenta con una plantilla aproximada de 180 personas para cada festejo, a lo que hay que añadir el 21 por ciento de IVA y un canon muy alto de alquiler que se debe pagar a la corporación maestrante, que es la propiedad’.

Aunque Valencia no entra en detalles, el contrato de alquiler tiene una vigencia hasta mediada la próxima década e incluye dos cláusulas fundamentales: el pago entre un 20 y un 22 por ciento de la facturación bruta y la obligatoriedad de que se contraten a las máximas figuras de cada momento.

‘La Real Maestranza -añade Valencia- es una institución muy respetable, muy seria y muy formal, y tiene un inquilino que no le ha fallado nunca’.

- Pero usted insiste en que el precio del alquiler es muy alto.

- Está totalmente fuera de mercado, pero es el que está firmado y debemos respetar. El problema radica en que ese pago nos condiciona muchísimo económicamente.

- O sea, que el precio de las entradas no bajará.

- Hoy día es imposible si no bajan los costes.

El empresario sevillano entiende, por otra parte, que Sevilla está acostumbrada a los carteles ‘remataos’ (integrados por tres máximas figuras), y que hoy ‘son absolutamente ruinosos’.

‘Una Maestranza llena con tres toreros de altísima cotización no es rentable si ese cartel no está integrado en un abono potente. Por eso, trataré de confeccionar una feria en la que se mezclen los veteranos consagrados con jóvenes que aporten savia nueva; defenderé este planteamiento, aunque soy consciente de que no será fácil, y por eso debo apelar a la buena voluntad de todos para ilusionar a los aficionados. Este espectáculo está necesitado de renovación, nos hace falta un revulsivo’.

El problema se agudiza en un momento en el que la fiesta de los toros sufre serios ataques por diversos frentes. ‘Las minorías suelen ser muy beligerantes para llamar la atención’, asegura Valencia; ‘pero también me preocupa la indefinición de determinada clase política, y, ante todo ello, el sector está obligado a reaccionar como una piña. Se están dando pasos positivos en este sentido y soy optimista respecto al futuro’.

- Por cierto, las figuras se quejan de que ganan poco dinero en Sevilla.

- No ganan lo que pretenden y, posiblemente, merecen, pero Sevilla no da para más.

- ¿Tan difícil es ser empresario de la Maestranza?

- Esta es la responsabilidad más difícil que existe en el mundo del toro.

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Sobre la firma

Antonio Lorca
Es colaborador taurino de EL PAÍS desde 1992. Nació en Sevilla y estudió Ciencias de la Información en Madrid. Ha trabajado en 'El Correo de Andalucía' y en la Confederación de Empresarios de Andalucía (CEA). Ha publicado dos libros sobre los diestros Pepe Luis Vargas y Pepe Luis Vázquez.

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