Adame inaugura la temporada en la plaza México con un gran triunfo
El torero local cortó tres orejas y el español José María Manzanares paseó un trofeo
El mexicano Joselito Adame se mostró como un torero sublime ante su público, en auténtica figura del toreo, en el festejo inaugural de la temporada grande 2015-2016 en la Monumental Plaza México, en el que paseó tres orejas y pudo cortar una más y un rabo tras realizar dos faenas de un profundo contenido torero y enloquecer a los asistentes.
Adame toreó con Eulalio López Zotoluco, sin suerte en el sorteo, y el alicantino José María Manzanares, que cortó una oreja, ante una entrada calculada en unas 30.000 personas. Pese a la amenaza del huracán ‘Patricia’, la tarde estuvo agradable, tibia, sin viento y sin agua.
Se lidiaron tres toros de Julián Hamdan, -primero y segundo, poco potables, y el tercero, un toro de mucha calidad que fue premiado con la vuelta al ruedo-, y tres de Xajay, -cuarto y quinto, que sólo cumplieron, y el sexto, bueno y lució mejor por la forma en que fue toreado.
Adame está colocado ya entre los triunfadores y peleará por el trofeo a la mejor faena. En este primer festejo lo dio todo, desde el primer capotazo hasta la estocada al sexto.
Toreó con el capote superior al tercero y cuajó y bordó el toreo con la muleta, una cátedra de torería, dándole su sitio a la res. Una faena de las mejores en varias temporadas. Pinchó una vez y dejó después una estocada honda ligeramente desprendida. Merecía dos orejas, pero el presidente sólo concedió una.
Y al sexto le hizo un quite de maravilla de los que aquí llamamos zapopinas y en España lopecinas. Inició el trasteo de rodillas y consiguió otra faena de gran relieve. A este toro lo mató recibiendo. La gente solicitó al rabo unánimemente a coro y el juez hizo caso omiso. Al final, paseó dos orejas, lo que le valió la salida a hombros y su consagración como figura del toreo y como el mejor en el escalafón de la torería mexicana.
Zotoluco no tuvo suerte con los dos toros menos propicios del festejo. El primero, sin gas y deslucido. Hizo el esfuerzo sin recompensa, mató de una buena estocada, y fue aplaudido. Con el cuarto, que tampoco era bueno, tuvo momentos aceptables y mató de estocada baja. Silencio.
El español José María Manzanares hizo una faena aceptable a su primero, un toro que sabía lo que se dejaba atrás, al que le expuso hasta sacarle un partido reconocido a sus méritos; además, lo mató de una gran estocada, lo que le valió la primera oreja de la temporada. El quinto no fue bueno, y el torero alicantino porfió y logró muletazos estimables. Mató de un pinchazo y un horrible bajonazo metisaca que los tendidos le reprobaron con pitos.
Babelia
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