El ‘flirteo’ de los artistas con el cartel
Thyssen de Málaga se adentra en el diálogo de los grandes pintores con esta disciplina
Muchos de los grandes artistas del siglo pasado fueron reclamados para dejar su impronta en carteles que anunciaban eventos culturales, publicitaban productos o defendían una determinada ideología frente a los conflictos. Ese diálogo de los maestros del arte con este soporte de comunicación visual centra la exposición Carteles de artista. De Touluse-Lautrec a Jeff Koons, la nueva muestra temporal del Museo Carmen Thyssen Málaga.
Picasso, Braque, Dalí, Miró, Matisse, Lichtenstein, Malévich o Chagall son algunos de los pintores presentes en el montaje, comisariado por la directora artística de la pinacoteca, Lourdes Moreno, y el historiador de arte José Piqueras. Las 73 piezas (la más antigua es de 1890 y la más actual, de Koons, de 2003) proceden de la colección del madrileño José Luis Rupérez, quien reivindica este género. “El cartel ha sido siempre un soporte poco considerado, a pesar de que el artista está obligado a trabajar de manera precisa y a que no solo funciona la inspiración, sino también el encargo”, ha dicho este viernes durante la presentación. La muestra se puede visitar desde mañana sábado hasta el próximo 21 de febrero.
Las obras repasan los orígenes del cartel y cómo los lenguajes del arte moderno han sido tratados por esta disciplina creativa. El paseo comienza con los pioneros en la Sala Noble del Museo Carmen Thyssen, que traslada a lo que podría ser una bulliciosa calle de París de finales del siglo XIX y a sus propuestas de diversión. “En esa época, la calle era un museo”, apunta Rupérez. Dos de los carteles más destacados son Tournée du Chat Noir (1896), de Steinlen, y Aristide Bruant dans son Cabaret (1893), de Henri de Toulouse-Lautrec. También están representados Pierre Bonnard, con La revue blanche (1894), y Edouard Vuillard, con Cyclistes! Prenez bécane, del mismo año.
La exposición se organiza después en tres apartados temáticos. El primero, Comienza el espectáculo, se centra en las obras realizadas por los artistas para difundir eventos culturales. Los diseños sirvieron para publicitar bailes benéficos, espectáculos de teatro y de ópera, conciertos y hasta competiciones deportivas. René Magritte firma el cartel que anuncia el Festival Internacional de Cine y Bellas Artes de Bruselas, en 1947, y destacan las piezas de Marcel Duchamp, Georges Braque y Marc Chagall. Jeff Koons es el autor de la tipografía de la pieza más actual, Popeye, un anuncio de 2003 de una galería de Nueva York.
La sección Vender con arte exhibe el cartel diseñado por Salvador Dalí para hacer la publicidad de Perrier en 1969 y con el que Fortunato Depero ilustró la marca de bitter Campari en 1928. Henri Matisse tampoco se resistió a la publicidad de marcas comerciales. Otras firmas incluidas son las de Andy Warhol y Antoni Tápies.
La última parte de la exposición, Prohibido fijar carteles, se adentra en el arte asociado al compromiso político e ideológico, en muchas ocasiones crítico y reivindicativo. Picasso fue el encargado del diseño que anunciaba el segundo congreso por la paz previsto en la ciudad inglesa de Sheffield en noviembre de 1950, evento que no llegó a celebrarse. Malévich ironizó sobre el ejército alemán en un cartel de 1914 y el mexicano Diego Rivera creó en 1956 un cartel para protestar por el asesinato de varios abogados en su país.
El objetivo de todas estas piezas es mostrar “la fascinación” de los creadores artísticos por este soporte surgido a mitad del siglo XIX. “El cartel ha sido uno de los grandes difusores del arte contemporáneo”, concluye el coleccionista.
Babelia
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.