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TEATRO

‘Liberto’, dramática historia sobre una madre y su bebé

La obra, escrita e interpretada por Gemma Brió, se estrena en el Teatro La Abadía

Ensayo de la obra 'Liberto', en el teatro de La Abadía.Vídeo: Santi Burgos
Rocío García

Es la madre la que cuenta la historia de su propia tragedia, la de su bebé que solo vivió quince días. Cuando la actriz Gemma Brió se pone a escribir sobre una vivencia y unas situaciones que tienen mucho de personal y se dispone a expresarse en un lenguaje que le es propio, el del teatro, esa historia deja de ser su propia historia. Liberto, el espectáculo revelación de la escena catalana, inaugura hoy la temporada en el teatro de La Abadía de Madrid. Desde la maternidad desgarrada, el texto va reflejando la cotidianeidad de la tragedia, la del día antes y también la del después, y disparando contra el destino de ese niño al que han llamado Liberto, toda una invocación para que se libere con la muerte de una vida que no es digna. La obra habla de la maternidad, de la felicidad cuando se conoce la noticia del embarazo y del dolor inevitable ante el drama del hijo, pero también retrata la vida hospitalaria de alguien ajeno a ese mundo, de cómo los recortes en sanidad afectan a  enfermos y familiares.

Liberto es la voz desesperada de una madre que necesita contar su historia pero que no la puede contar sola. Para ello se ayuda de su mejor amiga que representa el apoyo moral, y de la música que se plantea como otro personaje más. Gemma Brió, como madre, protagoniza la obra junto a Tàtels Pérez, que encarna a la volcánica amiga y a la vez da voz y representa a los múltiples personajes que van apareciendo en este viaje demoledor, como el padre del bebé, el médico, la enfermera e, incluso, el propio San Pedro, y a la cantante de rock Mar Orfila, más conocida como Mürfila, que con su música va subrayando atmósferas y creando diferentes clímax en la función. Primera obra escrita por Brió, Liberto está dirigida por Norbert Martínez, un hombre indeciso que en cuanto leyó el texto se le iluminó la vida. Sin ningún tipo de subvención ni ayudas, ni una productora detrás, la obra nace de la necesidad vital de hacerla por parte de un equipo artístico y técnico que, sin presiones y de manera tranquila, fue perfilando el viaje de esa madre por los caminos de su dolor, pero también de la sanidad pública, de la muerte infantil, de la burocracia. Casi de incógnito, el Almería Teatro de Barcelona les dio la primera oportunidad y, tras tres semanas de auténtico furor de público y crítica, con gente que se quedaba fuera sin posibilidad de entradas, fueron acogidos por la Biblioteca de Catalunya, donde las representaciones no cesaron de crecer. Ahora, el texto llega traducido a Madrid, al teatro de la Abadia, desde hoy y hasta el próximo día 25.

No es una obra lineal, apunta su autora, sino que va hacia adelante y hacia atrás. Tampoco se sabe el tiempo transcurrido desde la tragedia real. La historia se cuenta pero también se representa. Viaja de la narración a la representación, se entra y se sale del pasado y el presente. “Mi intención a la hora de estrenarme en la escritura fue reflexionar a partir de cosas que me han pasado en la vida. Hay algo de ficción, pero la obra se basa en casos que yo he vivido, en situaciones parecidas con las que tuve contacto muy directo. La madre es una personaje muy real, es alguien con prejuicios, dudas, que se equivoca y que vive en una montaña rusa de emociones en un mundo como es el de los hospitales con situaciones muy al límite de todo”. Se habla de la maternidad, de la felicidad cuando se conoce la noticia del embarazo y del dolor inevitable ante el drama del hijo, pero también retrata la vida hospitalaria de alguien ajeno a ese mundo. “Cuando alguien habla de temas sociales que no ha vivido directamente se corre el riesgo de hacer un panfleto. Yo tuve contacto con la sanidad pública”.

En un escenario blanco, un espacio ficticio que puede ser una sala de espera, pero también un rincón de un aeropuerto o un tanatorio, resuenan las palabras de esa madre que le canta a su hijo y que clama: “Has tenido la mala suerte de nacer niño y no gato”·.

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