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OPINIÓN
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

Telegarzón

El exjuez busca en su programa de entrevistas una reflexión sobre el rumbo de la humanidad, no sobre pequeñeces. Lleva a invitados a los que admira y que le admiran a él

Ricardo de Querol
Baltasar Garzón.
Baltasar Garzón.uly martín

A diferencia de otros géneros informativos, la entrevista nunca estuvo reservada a los periodistas. Las conversaciones entre personas de cierta relevancia intelectual suelen ser más reposadas y a menudo sabrosas. Baltasar Garzón, que fue juez y político, hace de entrevistador en la serie Voces para un mundo mejor, que dirige Fernando Olmeda y emite Canal+ Xtra. La actualidad queda aparcada y todo el diálogo gira en torno al estado de los derechos humanos, ese invento de la Ilustración tan mencionado como pisoteado.

Los primeros invitados fueron Julian Assange, creador de Wikileaks, en cuya defensa trabaja el propio Garzón, y el escritor y azote de la mafia Roberto Saviano, reunidos en el refugio del primero en la Embajada ecuatoriana en Londres. Los dos fueron presentados como víctimas de la libertad de expresión (no son casos idénticos: a Assange lo persiguen también por delitos sexuales). Y este jueves escuchamos al expresidente brasileño Lula da Silva, el líder de izquierdas que combatió el hambre sin recurrir a extravagancias (ni asustar a los mercados).

El brillo de Lula se ha empañado tras su salida del poder, vistas las protestas sociales y las denuncias de corrupción que le han estallado a su sucesora Dilma Rousseff, pero mantiene un discurso seductor. Denunció que los gobiernos viven en su burbuja: la gente ya no protesta para tomar el poder sino para que se la escuche. No se encuentra liderazgo político, sentenció. Sonó sensato.

El programa persigue una reflexión de fondo sobre el rumbo de la humanidad, no sobre las pequeñeces que nos ocupan tanto. La apuesta es meritoria en estos tiempos de la prisa y el tuit. Otra cosa es que el antes juez sepa dar ritmo a la conversación. La pausa es deliberada, pero se echa de menos alguna réplica, algo de debate, una gotita de mala leche. Garzón invita a personas a las que admira, y que le admiran, con las que no cabe la polémica. Cabe escucharlas.

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Sobre la firma

Ricardo de Querol
Es subdirector de EL PAÍS. Ha sido director de 'Cinco Días' y de 'Tribuna de Salamanca'. Licenciado en Ciencias de la Información, ejerce el periodismo desde 1988. Trabajó en 'Ya' y 'Diario 16'. En EL PAÍS ha sido redactor jefe de Sociedad, 'Babelia' y la mesa digital, además de columnista. Autor de ‘La gran fragmentación’ (Arpa).

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