José Manuel Rodríguez Gordillo, historiador del tabaco y de Sevilla
Era una autoridad eminente en la historia de las relaciones comerciales entre España y sus antiguas colonias
Jose Manuel Rodríguez Gordillo, fallecido el último día del mes pasado a los 73 años, fue uno de esos historiadores e intelectuales de carácter que rompen los moldes del academicismo al uso y que trascienden más allá de las aulas universitarias por sus dotes humanistas y por su enorme sociabilidad. Hermano del pintor Luis Gordillo y perteneciente a una familia muy arraigada en Sevilla, aunque de orígenes paternos vallisoletanos, su obra intelectual quedará ligada para siempre a la historia especializada del tabaco –curiosamente nunca fumó- del que fue uno de los grandes especialistas mundiales y al papel que jugó la Fábrica de Sevilla en la Carrera de Indias, el complejo entramado comercial entre España y sus antiguas colonias.
El tabaco no tardó mucho en ser una práctica habitual entre los europeos emigrados al Nuevo Mundo. Apenas transcurridas unas décadas desde su hallazgo en los primeros días del Descubrimiento, ya lo consumían muchos de los recién llegados – “el uso placentero del tabaco”- y, de forma desmedida, según todos los testimonios, los esclavos negros llevados desde África por los colonizadores. De ahí pasó a convertirse -como José Manuel escribió en muchos de sus textos- en uno de los principales ingresos del Estado en régimen de estanco o monopolio, circunstancia que se mantuvo desde 1636 hasta 1986, cuando el ingreso de nuestro país en la comunidad europea hizo inviable su mantenimiento. El tabaco, en resumidas cuentas, ha sido un producto que generó una importantísima actividad económica, fue fuente imprescindible de recursos para el Estado y de modo destacado fue un elemento principal en la vertebración del Imperio atlántico español con la metrópoli. Estas tres razones, escribió Rodríguez Gordillo, justifican el interés historiográfico de su estudio.
José Manuel Rodríguez Gordillo fue un pionero en el tratamiento y conservación de las fuentes documentales, en este caso las referidas a la Renta del tabaco, recuperando y conservando sus papeles con la creación del Archivo Histórico del Tabaco en Sevilla, desgraciadamente hoy desaparecido, aunque sus fondos bien catalogados puedan consultarse en el Archivo Histórico Provincial Hispalense. Pero, sobre todo, José Manuel fue un gran historiador, primero en solitario, durante los años setenta y ochenta; en una segunda etapa liderando el Grupo de Estudios del Tabaco (GRETA) que agrupó a un conjunto de investigadores de varias universidades españolas entre 1998-2012, con el apoyo de la Fundación Tabacalera y de la Fundación Altadis, pilotadas por Alberto Sanjuanbenito e Inés Cassín; y, finalmente, a partir de 2012, embarcándose junto a historiadores españoles y portugueses, en un proyecto más amplio de analizar el sistema atlántico del tabaco ibérico. En esta última etapa, le sobrevino una rápida enfermedad que ha privado a su familia, a sus amigos y a la comunidad científica de su gratificante presencia. De su obra publicada en solitario queremos destacar, sin ánimo de ser exhaustivos, el Diccionario histórico del tabaco (1993), La difusión del tabaco en España. Diez estudios (2002), La creación del estanco del tabaco en España (2002), Historia de la Real Fábrica de tabacos de Sevilla (2005). Junto a ellos su numerosísima participación en libros colectivos durante estos últimos veinte años.
Pero, José Manuel fue un hombre entregado a la ciudad de Sevilla y a sus mitos. Además de haber sido comisario e impulsor de numerosas exposiciones y actividades culturales, queremos cerrar esta breve nota recordando dos de sus grandes pasiones, muy unidas, por otro lado, a la ciudad en la que vivió y disfrutó toda su vida. Don Juan y Carmen la cigarrera. Del personaje creado por Tirso de Molina nos brindó la magnífica exposición Visiones de Don Juan (Sevilla 10 de diciembre de 2009-14 de febrero de 2010). En el también esplendido catálogo, que ha quedado de aquel acontecimiento, un joven galán sale al encuentro de la muerte, en el cuadro de Pedro Camprobín, como ahora se ha encontrado con ella nuestro querido historiador, con la cara descubierta. El otro gran hito de su quehacer intelectual fue Carmen. Biografía de un mito (2012), que mereció el premio Antonio Domínguez Ortiz de biografías 2010. Descanse en paz nuestro amigo José Manuel.
Firman este artículo los profesores Santiago de Luxán (Universidad de Las Palmas), Montserrat Gárate Ojanguren (Universidad del País Vasco), Oscar Bergasa Perdomo (Universidad de Las Palmas), Agustín González Enciso (Universidad de Navarra), Rafael Torres Sánchez (Universidad de Navarra), Sergio Solbes Ferri (Universidad de Las Palmas), Joao Figueiroa Rego (CHAM/ FSCH da UNL), María de los Reyes Hernández Socorro (Universidad de Las Palmas), Vicent Sanz Rozalen (Universitat Jaume I de Castelló), Joao Paulo Salgado (CIDEHUS da Universidade de Evora), Leonor Freire Costa (Lisbon School of Economics) y Margarida Vaz do Rego (Universidade dos Açores).
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