Juan Diego: “En mí siempre mandan los desconocidos”
Galardonado, junto a Aitana Sánchez-Gijón, con la medalla de oro de la Academia de Cine, a sus 72 años el intérprete sevillano sigue activo en teatro y cine
—¿Un premio compartido es menos premio?
—Estos premios honoríficos es mejor que los den de dos en dos, así los jóvenes podrán acceder antes a ellos, cuando están todavía en edad de amar y no de morir. Y recibirlo con Aitana, que es una de nuestras grandes, que empezó conmigo y a la que quiero mucho, es todo un honor.
—¿Hay lecturas indispensables para un actor?
— Todas. Yo no leo todo lo que quisiera. Me produce angustia ver como los libros se te van quedando en la mesita y pasa el tiempo y ahí siguen. El libro produce uno de los mayores placeres de la vida, te hace reflexionar sobre lo que te quiere contar el escritor.
—¿Qué busca en los libros?
—Yo no quiero informarme leyendo un libro, busco degustar el pensamiento, eso es lo más rico.
—¿Hay alguna poesía o poeta que inspire especialmente su trabajo?
—Depende del tipo de trabajo. Trato de enfermar mi alma a través de ese desconocido que llevamos dentro. Es entonces cuando aparece el sentimiento que se queda dentro de ti, y te va pidiendo distintos poemas. En mí siempre mandan los desconocidos que tengo dentro.
—¿Qué libro recomendaría a un joven actor que empieza?
—Un libro que no está escrito y que es de la curiosidad por todo.
—¿A qué actor español admira más?
—A cualquiera que se sube a un escenario o se pone delante de una cámara y es capaz de conmover.
—¿Qué trabajo suyo le ha reportado mayor admiración?
—Sin duda, Los santos inocentes, de Mario Camus. Fue un trabajo que supuso el lanzamiento de mucha gente, incluso de algunos que ya eran grandes, como Paco Rabal.
—¿Le falta algo por hacer? ¿Sueña con algo en especial?
—Sentarme con tranquilidad en una proyección en la que yo haya trabajado y no sentirme agobiado, ni retorcido. Eso es lo que me falta, que no es poca cosa.
—¿Está siendo tan perjudicial el IVA cultural como denuncia la profesión?
—La profesión no denuncia, sufre. Todo lo que está detrás del IVA esconde actitudes obscenas contra la profesión, una profesión que tiene por bandera la libertad. Esta es una profesión que ha sido castigada por amar la libertad.
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