Los mecanismos del poder
El director es incapaz de otorgarle pasión y fuerza al contenido de la película
El auge o el decaimiento del cine político inspirado en hechos reales dice mucho del estado de las sociedades, de su putrefacción o limpieza, y de la capacidad del arte no solo para denunciar la carcoma sino también para hacer emocionalmente atractivas esas evidencias. "Todo está en nuestras manos", escribió en un guión el cineasta italiano Francesco Rosi, grande del cine político, para luego ponerlo en boca de uno de los personajes de Las manos sobre la ciudad, resumiendo así el estado de envilecimiento de un país asolado por la mafia. Un lema que podría haber pronunciado también alguno de los personajes de la película polaca Circuito cerrado, donde las más bajas pasiones, esas que dominan los mecanismos del poder, están gangrenando una sociedad donde acusadas actitudes de antaño se tornan aún más peligrosas en un entorno capitalista.
CIRCUITO CERRADO
Dirección: Ryszard Bugajski.
Intérpretes: Janusz Gajos, Kazimierz Kaczor, Wojciech Koladkowicz, Robert Olech.
Género: político. Polonia, 2013.
Duración: 120 minutos
Se nota que el veterano Ryszard Bugajski, de 72 años, que a lo largo de su carrera llegó a sufrir incluso las presiones comunistas, conoce los dispositivos que mueven esa basura, pero es incapaz de otorgarle fuerza, pasión y belleza por culpa de la tosquedad de sus formas. La vanidad, la codicia, el rencor y el chantaje seguramente mueven el mundo, pero la representación de esa mierda bajo la alfombra, como bien sabía Rosi, debe poseer ideas narrativas y de lenguaje cinematográfico, y aquí no las hay.
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