La Tenerife Lan Party acaba con 'League of Legend' y 40.000 visitas

En la pantalla central del recinto se proyecta la final del torneo Tenerife Lan Party del videojuego League of Legends, que cuenta con 80 millones de jugadores en todo el mundo. Una maraña de haces de luces de colores, bolas de fuego, explosiones y guerreros moviéndose a velocidad supersónica transmiten la impresión de estar ante un caos indescifrable. Pero los cientos de chavales que se acomodan como público no paran de animar cada movimiento, jaleados por el énfasis que los narradores de la partida ponen en los momentos clave, como si fueran oportunidades de gol en un partido de fútbol.

2.000 jóvenes (la media de edad es de 25 años) han tomado parte el que se ha consolidado como uno de los mayores encuentros tecnológicos de toda España: la Tenerife Lan Party, que arrancó en 2005 en los locales de una funeraria y una década después ha desbordado todas sus expectativas. El Recinto Ferial de Santa Cruz de Tenerife acoge un evento que se desarrolla en una superficie de 42.000 metros cuadrados. A la mayor velocidad de conexión del país, 30 gigas, se une la presencia de ponentes como Nolan Bushnell, fundador de Atari, o de Ian Livingstone, creador del videojuego Lara Croft. El festival cierra este domingo sus puertas después de una semana en la que habrá visto pasar a más de 40.000 visitantes.

“Nunca imaginamos esta evolución. La primera vez que lo organizamos nos lo tomamos como una oportunidad para realizar prácticas de ingeniería informática”, explica Antonio Cabrera, director del encuentro, quien lidera al equipo de 250 personas encargadas de la organización. Abrumado por el éxito de la cita, de la que destaca su “carácter social y el buen ambiente que se respira entre los asistentes”, reconoce que para muchos participantes estos son los mejores días del año.

La feria se divide en dos grandes zonas: la denominada LAN Party, donde se sitúan quienes pasan la semana entera frente a sus ordenadores jugando a videojuegos y compartiendo archivos con otros participantes; y el área de acceso al público en general, en la que se pueden encontrar tiendas de cómics, de ropa, talleres de orejitas de peluche, área de videojuegos retro o de juegos de mesa.

Israel Chacón, de 18 años, es uno de los que ocupa la zona LAN. Su canal de monólogos y parodias en Youtube registra 10.000 seguidores, y este año (igual que el anterior) ha ganado el concurso de vídeo cuyo premio eran dos entradas gratis para el evento. Por encima de todo, lo que más valora es que aquí cada uno se comporta tal y como es. “Puedes mostrarte apasionado con lo que más te gusta que nadie se va a extrañar de lo que hagas”, señala.

Su amigo Omar Coello, de 19 años se sienta a su lado. “Disfrutamos como enanos, especialmente a partir de las nueve de la noche, cuando en el escenario empiezan los concursos de rap, nos ponen vídeos virales o probamos versiones alfa de videojuegos”. Están así hasta las cinco o seis de la mañana. A esa hora, algunos optan por irse a la zona de descanso común del recinto, y otros extienden la colchoneta hinchable o la esterilla bajo su propia mesa. Cuando la feria abre por la mañana, muchos siguen durmiendo hasta mediodía. Junto a teclados de ordenador, pantallas y joysticks, en las mesas se desperdigan botes de desodorante, latas de refrescos, paquetes de galletas a medio comer y hasta cepillos de dientes. Ese minúsculo espacio de apenas dos metros cuadrados es su hogar por una semana (tienen a su disposición duchas y restaurante).

“¡Alan!, ¡Alan!”, se oye gritar en medio del inmenso salón de repente entre risas. Israel explica que es lo que dice una ardilla en un vídeo que se ha hecho viral en Internet. Ese es precisamente uno de sus pasatiempos preferidos, la repetición de memes.

Mientras, en el resto de la feria el público disfruta de actividades como los Maid Café, en los que jóvenes camareras se caracterizan de personajes de estética lolita, o en los concursos de baile coreano. El cosplay (disfrazarse de protagonistas de videojuegos, cómics o películas) es otro de los grandes atractivos del evento, y paseando entre los asistentes vestidos de calle se cuelan guerreros, heroínas y superhéroes.

De cuando en cuando, el público se tropieza con gente que ofrece “abrazos gratis”. Y en la zona retro, las consolas GameBoy o Atari Jaguar atraen la atención de los nostálgicos y de algunos jóvenes. Agoney Martínez, de 16 años, se afana en mejorar en el videojuego Pong, considerado el primero de la historia. “Lo he descubierto hace dos horas y estoy enganchado. ¿No hay competición de este juego?”, pregunta solo una planta más abajo de la pantalla en la que se disputa la competición del League of Legends.