El apocalipsis sin carne de vaca
En varias producciones audiovisuales jóvenes denuncian complejas realidades sociales y ambientales de países de América Latina
En una pantalla se ve a la comunidad de la Amazonía boliviana unida para proteger una zona que está en peligro de ser talada por madereros ilegales. En otra, varias imágenes del centro de Quito revelan que la política que se implementa en la capital ecuatoriana contra los comerciantes ambulantes parece tener como fin destinar el espacio público solo para la élite. Ciudadanos de Bolivia, Ecuador y otros países de América Latina encontraron en las imágenes la mejor forma de mostrar su descontento con algunas circunstancias de sus países.
Así se vio en la reciente versión del Festival Internacional de Cine y de Medioambiente de Zaragoza, Ecozine, en mayo pasado, donde con largometrajes y cortometrajes se puso en escena qué preocupa a los realizadores de piezas audiovisuales de ese lado del planeta. Producciones comprometidas con el ambiente pretenden mostrar algunos hechos olvidados o impensados, como lo muestra Vacas, un vacío lleno de carne. Un cortometraje de ficción que recrea un mundo donde las vacas han desaparecido de la faz de la tierra debido a la sequía.
Su productor, Matías Di Capua, cuenta que la idea de usar el tema de la carne en un país como Argentina, donde su consumo en asados es casi un “ritual”, sirve para reflexionar sobre qué pasaría si debido a la sequía y al cambio climático la producción de carne disminuye a tal punto de dejar de existir y generar el “apocalipsis”.
Jorge Mencos, guionista y director de Atarraya, retrató la relación con la naturaleza a través de la historia de un pescador que ve alterada su cotidianidad cuando tiene un encuentro con una especie desconocida proveniente del mar. “El nombre atarraya representa ese viaje simbólico necesario para el hombre y su conciencia de purificación de la naturaleza”, cuenta Mencos.
Ficción y realidad
Pero no solo desde la ficción los nuevos productores están contando sus historias. Detrás de la sequía del Casanare muestra cómo un pueblo de Colombia vive sin agua desde hace más de tres años, lo que sumado a las sequías provocadas por un fuerte verano vivido en 2014 ha generado la muerte de miles de animales y el desplazamiento de muchas personas hacia otras regiones del país.
“Cuando los medios hablaban solamente del cambio climático, hace ya varias décadas que campesinos e indígenas sufrían los efectos de la actividad petrolera presente de forma masiva en la región”, señala la productora Amandine D’elia, que también intenta mostrar cómo existe un vínculo en el discurso político difundido por los grandes medios de comunicación nacional con el de las empresas que han afectado al medio ambiente de esa zona de Colombia.
Babelia
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