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Joaquín Galdós paseó un capote de Belmonte en Sevilla y cortó una oreja

El rejoneador Pablo Hermoso de Mendoza, a hombros en el cierre de la feria de Granada

El novillero peruano Joaquín Galdós, que se presentaba en Sevilla, mostró ayer muchas cualidades pero sin terminar de redondear la faena al buen sexto, en un festejo en el que decepcionó el estado de forma de Ruiz Muñoz, mientras que Francisco José Espada cuajó una faena entonada, aunque sin el refrendo de los aceros.

Con un tercio de entrada en la Maestranza y alta temperatura, se lidiaron novillos de Guadaira, bien presentados y de juego variado. El primero, noble y soso; el segundo no tuvo ningún contenido; brusco y rebrincado el tercero, aunque se dejó algo más por el izquierdo; el cuarto, bravo y con clase por los dos pitones, fue el mejor del envío; el quinto, un mulo sin raza; y el sexto, berreón y protestón, tuvo mucha clase en la muleta.

El balance fue el siguiente: Francisco José Espada, ovación y ovación; José Ruiz Muñoz, silencio y silencio, y Joaquín Galdós, vuelta al ruedo y oreja.

Espada trazó una faena correcta en la forma pero de escaso eco en el tendido a un primero noble y soso. Brilló con el capote en el recibo al cuarto, que también tuvo una excelente embestida por los dos pitones que el novillero madrileño aprovechó en una faena compuesta y templada, pero de intensidad declinante.

Ruiz Muñoz no mostró demasiados progresos, aunque tampoco tuvo ninguna opción con el desinflado ejemplar que saltó en segundo lugar. El quinto fue un mulo manso y aplomado que tampoco le brindó oportunidad de reivindicarse.

Joaquín Galdós, que hizo el paseíllo con un capote que perteneció a Juan Belmonte, se mostró resolutivo con el complicado tercero, al que llegó a torear con lucimiento por el lado izquierdo. Con el sexto instrumentó una faena en la que alternó momentos de acople con otros más acelerados. El novillo, seguramente, mereció más.

Hermoso, a hombros en Granada

El rejoneador Pablo Hermoso de Mendoza, que cortó una oreja de cada toro de su lote, salió a hombros en el último festejo de abono de la feria del Corpus de Granada, en el que tanto Leonardo Hernández como Manuel Manzanares lograron un apéndice cada uno. Con dos tercios de entrada, se lidiaron toros despuntados de Passanha, justos de presentación, blandos y con poca raza. El más manejable, el cuarto. Pablo Hermoso de Mendoza, oreja y oreja; Leonardo Hernández, oreja y ovación, y Manuel Manzanares, oreja y palmas.

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