Netflix, más allá de Estados Unidos
Un repaso a las filiales de la plataforma 'online' por varios países
Netflix va tomando países poco a poco. Presente en más de 80, y a la espera que llegue en octubre a España y en Navidades a Italia, la plataforma online tiene diferente catálogo según los territorios.
Reino Unido. Netflix empezó a operar en Reino Unido en 2012, y estudios independientes calculan que en verano del año pasado superó los tres millones de suscriptores. La compañía no ha ofrecido datos oficiales desde que, en agosto del año de su lanzamiento, anunció que había superado el millón de suscriptores en Reino Unido e Irlanda. Eso significa que en dos años su base de usuarios se ha triplicado, y que uno de cada 10 hogares británicos cuenta con el servicio de streaming. La compañía se sitúa muy por delante de su principal competidor, Amazon, sobre todo por su tirón entre los más jóvenes. El catálogo de Netflix en Reino Unido cuenta con menos de la mitad de los títulos que la compañía ofrece en Estados Unidos, y el precio es más alto. El año pasado la cuota subió de 5,99 a 6,99 libras (8,1 a 9,5 euros) al mes, confiando en que el éxito de House of Cards lleve a los consumidores a pagar esa libra de más. La serie producida por la propia Netflix y protagonizada por Kevin Spacey es, junto con Breaking Bad y Orange is the New Black, el principal activo de la compañía en el país. La demanda de servicios de streaming como Netflix, que subió un 120% en 2013, hizo que el mercado de entretenimiento doméstico en Reino Unido creciera por primera vez en cinco años. PABLO GUIMÓN
Holanda. A Holanda llegó el 11 de septiembre de 2013, y fue el 41º país de la lista de “conectados” a la empresa multimedia. Por 7,99 euros mensuales, y 30 días de prueba gratuita, se añaden títulos locales a la oferta de filmes estadounidenses y series de diversas nacionalidades. Películas holandesas de gran éxito comercial, como El secuestro de Heineken (De Heineken Ontvoering), o bien Todo es amor (Alles is Liefde), comparten espacio con producciones de Hollywood y el resto de la programación general. Las cintas para niños y adolescentes, con un público fiel, lo mismo que la literatura holandesa para esta franja de edad, están asimismo bien representadas. La televisión por cable es de uso corriente en los hogares holandeses, “pero hasta ahora no hemos podido ofrecer aquí el futuro de la televisión que representamos”, dijo el presidente de Netflix, Reed Hastings, durante la presentación de la firma en el país. De todos modos, la buena infraestructura digital local ha generado una competencia inesperada. Popcorn Time, el servicio pirata de video, es casi tan popular en Holanda como Netflix. Unas 100.000 personas aprovechan a diario su agenda de películas y series de estreno. Presume de 700.000 suscriptores, según la firma de estudios de mercado Digital TV Research. De otro lado, un trabajo de la Universidad de Ámsterdam cifra en 78 millones de euros anuales las pérdidas de la industria cinematográfica holandesa por culpa de sitios ilegales como Popcorn Time. Según cifras de la firma de estudios de mercado IHS, recogidas por The New York Times, los abonados holandeses de Netflix rozaban el millón (940.000) en febrero de 2015. En EEUU la oferta incluye 8.522 películas y series. En Holanda, 2.127. ISABEL FERRER
México. Netflix es el líder absoluto entre las plataformas de video bajo demanda en México. Más del 70% de los usuarios que tienen suscripción a alguno de estos servicios se ha decantado por Netflix. México es además un mercado con una fuerte competencia en el sector, con marcas auspiciadas a su vez por grandes conglomerados empresariales: Crackle de Sony, Vudú de Walmart, ClaroVideo de América Móvil, Klick de Cinépolis o VEO de Televisa. Los cerca de 1,5 millones de usuarios en México, donde el servicio llegó en 2011, suponen más de la mitad de los suscriptores totales en toda Latinoamérica. La popularidad de Netflix en el país llega al extremo de organizar su propia edición de premios cinematográficos. La plataforma estrenará además este año dos producciones desarrolladas por exitosos cineastas de América Latina. Uno de ellos es el mexicano Gaz Alazraki, que ultima los detalles de la comedia Club de Cuervos. DAVID MARCIAL
Colombia. Considerado como uno de los países de mayor crecimiento digital en América Latina y el tercer mercado más grande para Netflix después de Brasil y México, Colombia registró a finales de 2014, 535.000 suscriptores según un estudio de TV Digital Research, tras cumplir tres años de su llegada al país. Dos años antes no superaban los 110.000, lo que significa una crecimiento en las suscripciones del 74%, que en el país tiene un costo mensual de 5 euros. Colombia ha venido afianzando su relación con la compañía que está grabando allí su serie Narcos, de la cual se beneficia con una contraprestación que contempla reembolsos de 40% en la inversión en servicios cinematográficos que se contraten en el país y de 20% de los servicios de logística. ELIZABETH REYES
Alemania. El país recibió con alborozo a Netflix en septiembre del año pasado. Por una tarifa mínima de 7,99 euros al mes, los alemanes por fin podrían disfrutar de un servicio que ya tenían británicos, irlandeses y daneses. Nueve meses más tarde, es difícil hacer balance. El consejero delegado de la compañía, Reed Hastings, estuvo de visita en Berlín el pasado mes de mayo y se negó a dar cifras de abonados en Alemania. Tan solo dijo que confiaba en llegar a los 12 millones de clientes en siete años y que en el primer trimestre del año Netflix había captado 4,8 millones en todo el mundo. Son objetivos ambiciosos en un país en el que empresas como Amazon Prime, Maxdome, Sky y Watchever ya ofrecían series en streaming. Pero por ahora no hay datos sobre quién gana esta competición, porque ni Netflix ni sus rivales informan sobre su número de abonados. El Frankfurter Allgemeine Zeitung hizo el año pasado una comparativa entre las distintas ofertas de las compañías y dictaminó que el catálogo de Netflix era pequeño en comparación con el de la competencia. LUIS DONCEL
Babelia
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