Compara las dos versiones del ‘Quijote’
Reproducimos siete fragmentos del gran clásico español cotejando el original de Cervantes con la traducción de Andrés Trapiello al castellano moderno
Cervantes publicó la primera parte del Quijote en 1605; la segunda, en 1615. Cuatro siglos después Andrés Trapiello lo ha traducido completo al castellano actual. A continuación reproducimos cinco fragmentos del original cervantino seguidos de la versión moderna.
EN UN LUGAR DE LA MANCHA
–En un lugar de la Mancha, de cuyo nombre no quiero acordarme, no ha mucho tiempo que vivía un hidalgo de los de lanza en astillero, adarga antigua, rocín flaco y galgo corredor. Una olla de algo más vaca que carnero, salpicón las más noches, duelos y quebrantos los sábados, lantejas los viernes, algún palomino de añadidura los domingos, consumían las tres partes de su hacienda. El resto della concluían sayo de velarte, calzas de velludo para las fiestas, con sus pantuflos de lo mesmo, y los días de entresemana se honraba con su vellorí de lo más fino.
–En un lugar de la Mancha, de cuyo nombre no quiero acordarme, vivía no hace mucho un hidalgo de los de lanza ya olvidada, escudo antiguo, rocín flaco y galgo corredor. Consumían tres partes de su hacienda una olla con algo más de vaca que carnero, ropa vieja casi todas las noches, huevos con torreznos los sábados, lentejas los viernes y algún palomino de añadidura los domingos. El resto de ella lo concluían un sayo de velarte negro y, para las fiestas, calzas de terciopelo con sus pantuflos a juego, y se honraba entre semana con un traje pardo de lo más fino.
(Quijote, 1, 1)
CON SUS PASAJES LICENCIOSOS
– Pues yo le tengo en italiano —dijo el barbero-, mas no le entiendo.
–Ni aun fuera bien que vos le entendiérades –respondió el cura.
–Pues yo lo tengo en italiano –dijo el barbero–, pero no lo entiendo.
–Ni tampoco estaría bien que, con sus pasajes licenciosos, vos lo entendierais –respondió el cura.
(Quijote, 1, 6)
ALLÁ VAN LEYES DONDE QUIEREN REYES
–Pero allá van leyes, etc., y no digo más, y en verdad que no estoy borracho, que no me he desayunado, si de pecar no.
– Pero allá van leyes donde quieren reyes, y no digo más. Y de veras que no estoy borracho; sigo en ayunas, aunque no de pecar.
(Quijote 1, 45)
SI NO OS PICÁREDES
–Si no os picáredes más de saber más menear las negras que lleváis que la lengua –dijo el otro estudiante–, vos lleváredes el primero en licencias, como llevaste cola.
–Si os hubierais jactado de utilizar la lengua tanto como os jactáis de manejar esas espadas que lleváis, habríais sido el primero en la licenciatura, y no el último de la cola.
(Quijote, 2, 19)
INDUSTRIA, INDUSTRIA
–¡Milagro, milagro!
Pero Basilio replicó:
—¡No milagro, milagro, sino industria, industria!
–¡Milagro, milagro!
–¿Qué milagro, milagro? ¡Maña y astucia! –replicó Basilio.
(Quijote, 2, 21)
CASTÍGAME MI MADRE, Y YO TRÓMPOGELAS
–(…) muchas veces te he aconsejado que no seas tan pródigo en refranes, y que te vayas a la mano en decirlos, pero paréceme que es predicar en desierto, y castígame mi madre, y yo trómpogelas.
–(…) y muchas veces te he aconsejado que no seas tan pródigo en refranes, y que te sujetes, pero me parece que es predicar en el desierto, y ríñeme mi madre, por un oído me entra y por otro me sale.
(Quijote, 2, 67)
SI ME DURA EL OFICIO
–Quisiera enviarle a vuestra meced alguna cosa, pero no sé qué envíe, si no es algunos cañutos de jeringas, que para con vejigas los hacen en esta ínsula muy curiosos; aunque si me dura el oficio, yo buscaré qué enviar, de aldas o de mangas.
–Quisiera enviarle a vuestra merced alguna cosa, pero no sé qué enviar, como no sean unas cánulas que hacen muy curiosas en esta ínsula para jeringas de la vejiga; aunque si me dura el oficio, yo buscaré qué enviar, bien o mal logrado.
(Quijote, 2, 51)
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.