La banda del Primavera Sound
Pablo Soler, Alfonso Lanza, Gaby Ruiz y Alberto Guijarro explican cómo fundaron y cómo funciona el gran mastodonte de los festivales españoles
Aquella primera oficina de hace 15 años era un sótano de la barcelonesa calle Peligro 13, donde Pablo Soler, Gaby Ruiz y Alberto Guijarro se juntaron durante varios días para ver cómo podían traer a Barcelona a aquellas bandas que les gustaban pero nunca se dejaban caer por los festivales españoles. “Queríamos hacer un festival a nuestra medida”, reconoce Guijarro, responsable de las relaciones institucionales del Primavera Sound. “Hablamos de las bandas norteamericanas que eran más difíciles que vinieran aquí. La mayoría de todos los reclamos entonces eran de público inglés. Y nosotros, al menos, nos aburríamos tremendamente”, señala Ruiz, director de contratación artística del Primavera. Los tres fundaron el Primavera Sound, el festival musical más internacional de España en la actualidad, que, como apunta Ruiz, comenzó “con tres flipados de la música sin dinero para hacerlo”.
Las cosas han cambiado mucho desde aquellas reuniones en aquel sótano. Reconocido por el Observatorio de Cultura como el evento musical más importante de España, el Primavera Sound nació en Pueblo Español en 2001 como un festival de una sola noche, con artistas desconocidos para la mayoría como Armand Van Helden, Carl Craig, Le Hammond Inferno o Bent, pero ahora se sitúa por asistencia de público, volumen de negocio y prestigio entre los diez certámenes más importantes del mundo, al nivel de otros ilustres como el Glastonbury de Reino Unido, el Coachella, Lollapalooza o Bonnaroo de Estados Unidos o el Sziget de Hungría. Según un estudio de la consultoría Dentsu Aegis, el festival, que el año pasado programó más de 300 conciertos en una semana, generó en su última edición 65 millones de euros -40 millones vinieron del gasto directo de los asistentes- y recibió un total de 191.800 visitas, cifra que, según la organización, se espera superar estos días en los que tocarán The Black Keys, The Strokes, Damien Rice, Antony and The Johnsons o Patti Smith, entre varias decenas.
Los tres fundadores más el otro socio del Primavera Sound, Alfonso Lanza, responsable de Comunicación y Sponsor y que se incorporó más tarde a la dirección, reciben a EL PAÍS en las oficinas del Parque del Forum, donde se trasladaron ante el crecimiento de asistentes en 2005. El festival, que también tiene una edición internacional que se celebra en Oporto, es ahora un mastodonte organizativo en plena ciudad de Barcelona formado por diez escenarios, que de punta a punta pueden llegar a estar separados por dos kilómetros. “Nos decían que un festival sin camping jamás funcionaría, pero nosotros odiábamos el camping”, explica Ruiz entre risas.
El Primavera Sound surgió tras conversaciones en la barcelonesa Sala Apolo, donde Guijarro, que era programador de música electrónica en el festival Doctor Music, y Ruiz, que trabajaba para el festival de Benicassim (FIB), coincidían muchas noches. De alguna manera, allí se fraguó la idea de convertir en festival estable una programación que ya se celebraba en diversas salas de la ciudad como el propio Apolo o el Nitsa. “No queríamos hacer otra cosa de montaña como el Doctor Music ni de playa como el Benicassim”, apunta Ruiz, quien asegura que terminaron afianzándose como una tercera vía distinta que terminó por funcionar hasta el punto de desbancar al FIB como primer referente en España. Sin un modelo definido, aunque conocer a Barry Hogan de la promotora británica All Tomorrow’s Parties les permitió absorber ideas, el Primavera fue pionero en convertirse en un festival urbano con la complicidad de la ciudad. Y, con el cambio de siglo, se vio beneficiado del despunte tremendo del turismo low-cost, aunque el gasto por persona en el festival ronda los 700 euros. “Nos dimos cuenta que si queríamos crecer debíamos utilizar más escenarios, aunque fueran más pequeños pero atractivos porque la gente venía a nuestro festival por la experiencia de la música”, señala Soler.
Rock, pop o electrónica conviven en Primavera pero todo bajo una marca propia, la que ha creado el festival con la música independiente o indie, en sintonía con revistas especializadas con presencia en Barcelona como Rockdelux, que patrocina uno de los escenarios como Pitchfork, el gran faro anglosajón de la música indie actual. “Nos sentimos muy orgullosos de nuestras apuestas en estos años que nos han hecho crecer: Animal Collective, Arcade Fire, Fran Ferdinand, The XX o The White Stripes”, afirma Ruiz, quien reconoce que todavía no han pagado al británico Julian Cope, que tocó el año pasado: “Vino solo. Se presentó en el festival sólo con una mochila. Tocó y cuando terminó, saltó la valla y salió corriendo montaña arriba y nunca más supimos de él”. Un mal menor comparado con el choque entre The White Stripes o Smashing Pumpkins. “Jack White –líder de White Stripes- y Billy Corgan –líder de Smashing Pumpkins- se odian a muerte. Los dos pedían ser los cabezas de cartel el mismo día que tocaban y si no cancelaban. Hubo que engañarles y decirles a los dos que su escenario era el principal y cambiar todas las hojas internas que pasábamos haciendo ver que era así”.
Casi 300 conciertos
De las 217 bandas y artistas que ofrecerán un total de 295 conciertos estos días en los escenarios del Primavera Sound, hay grandes figuras musicales a nivel mundial como Patti Smith, que vendrá a interpretar íntegramente su Horses, del que se cumplen 40 años de su publicación. También hay dos visitas históricas porque nunca han tocado en España: Damien Rice y The Replacements, cuya reagrupación lleva años por pisar suelo español. Otras reuniones muy esperada son la de The Strokes y el trío punk Sleater-Kinney. Otras estrellas son The Black Keys, Antony & Johnsons, Interpol, Belle and Sebastian, Battles, Panda Bear, Ride, Alt-J, Foxygen o James Blake.
Babelia
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