Fernando León en la guerra de los Balcanes
El director madrileño estrena ‘Un día perfecto’, su primera obra de ficción en inglés
En un certamen cada vez más remiso a mostrar cine español, Un día perfecto, de Fernando León de Aranoa (Madrid, 1968), muy bien acogida por el público, se ha convertido —junto al cortometraje Pueblo— en la única presencia nacional en esta edición de Cannes. El filme se proyectó ayer en una Quincena de Realizadores revalorizada, con una selección de trabajos de grandes autores internacionales, y en sábado, el mejor día. Español se oye poco en Un día perfecto—solo en una conversación entre Benicio del Toro y Sergi López— porque sus protagonistas, que se comunican en inglés, son un grupo de trabajadores de ayuda humanitaria que intentan sacar un cadáver de un pozo antes de que el cuerpo corrompa el agua potable: una acción sencilla que en los Balcanes de 1995 se convierte en una tarea hercúlea.
Durante años, León intentó sacar adelante el proyecto. Del Toro no fue la primera opción; vista la película no parece haber nadie mejor para su Mambrú, el responsable de seguridad de los cooperantes. Cuando el portorriqueño firmó, empezaron a encajar el resto de piezas: Tim Robbins (el alocado de la banda), Mélanie Thierry (la novata emprendedora) y Olga Kurylenko (expareja del personaje de Del Toro). “Quería mostrar el caos, cómo la razón es lo primero que se pierde en un conflicto”, cuenta el director de Los lunes al sol. “Estuve en los Balcanes por primera vez en 1995, grabé mucho material que nos ha servido de guía. Después filmé un documental en Uganda para Médicos Sin Fronteras y me hablaron de la novela de Paula Farias —coordinadora de emergencias para esta ONG— Dejarse llover. Allí encontré el punto de partida”.
Las vueltas absurdas que dan durante poco más de un día, esforzándose en completar su labor erosionan al grupo. “Benicio tiene una frase muy buena: lo heroico es remendar problemas con parches que a veces no funcionan”. Y por eso las imágenes insisten mucho en la sensación de “yincana, de estar inmersos en un laberinto”, de coches que deben desviar su camino ante un control peligroso. “Es la voluntad ante la frustración, y no siempre gana. Hay confusión, incapacidad, incluso cierto humor que espero quede claro: es como si el eje de coordenadas estuviera virado respecto al sentido común. Y cierto espíritu de punk rock”, recalcado en la banda sonora. Como en anteriores trabajos, los protagonistas están “como cobayas en un laberinto”. “Mientras, hacen su labor, hablan de sus relaciones sentimentales, de un cambio de muebles en casa, de hechos banales, porque ese es su día a día. Me apetecía mostrarlo”.
Experiencia en la zona
Los Balcanes fue la elección de León por varios motivos: “Primero pensé en África, pero mi experiencia es más rica en esa zona europea, y al final siempre hay algo personal en cualquier filme”. Además, es probable que el espectador europeo se sienta más identificado con una gente y un paisaje cercanos. “Muestro la guerra larvada que se mantiene tras firmar la paz, las minas que recuerdan lo que ocurrió o cómo veías pueblos enteros sin desperfectos y de repente una o dos casas sin tejado, implosionadas desde sus salones. Los vecinos las volaban para que no volvieran sus dueños. Es la lógica de un conflicto en el que las etnias y la gente estaban mezcladas. A la hora de hacer daño somos imbatibles: el hombre maquina de forma animal”. El director tiene palabras amables para Del Toro. “Se involucró en todo, aportó en la construcción de su personalidad, hasta en frases del guion. Metió su energía, que es mucha, en el rodaje. Es un actor excepcional”.
En Cannes, a León le ha estallado su próximo proyecto: Escobar, un drama con el que lleva años y que ha recibido el empujón definitivo de la productora de Luc Besson para rodarlo a fines de 2015. “No puedo contar mucho, el guion está sin acabar pero es más un drama que un biopic sobre Pablo Escobar”, la leyenda del narcotráfico colombiano al que dará vida Javier Bardem. Penélope Cruz encarnará a la periodista Virginia Vallejo, que mantuvo una relación sentimental con él y cuyo libro Amando a Pablo, odiando a Pablo es la base de la historia. Más madera para el alma punk rock de León.
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