Dos acordes y se paraba el mundo

Ya sabía que estaba enfermo pero cuando me he enterado de la noticia me ha sentado fatal. Me ha afectado muchísimo. Al verlo luego por la televisión he tenido que dejar de comer porque me atragantaba. Creo que es justo que ahora le rindamos homenaje. Se lo merece. Era una persona maravillosa. Tenía muchas cualidades: era amable, caballeroso y humilde. Recuerdo que cuando compartía con él un escenario y yo metía alguna escala flamenca en un blues, se ponía las manos y reía como diciendo: “¡Dios mío! ¡Qué haces!”. Era entrañable.

Le conocí cuando fui su telonero en la Expo de Sevilla. Era normal que surgiese nuestra amistad. Era encantador. Le mandé el disco de Blues de la frontera y nos invitó a Manhattan, donde grabamos Bolleré e hicimos el videoclip de Gitano de temporá. Le dije que la primera vez que lo escuché me impactó muchísimo. Fue con el disco Indianola Mississippi seeds, donde colaboraban Carole King y Leon Russell. Aquella música era muy guapa. Pero cuando lo veías tocar en persona ya te morías.

Se nos ha ido el Rey del blues. Ahora queda Buddy Guy pero son estilos diferentes. B. B. King era más versátil. Podía tocar de todo y lo podías ver cuando se juntó con The Crusaders o U2. Era una música más moderna. Con dos acordes suyos se paraba el mundo. Le echaré más de menos cuanto más tiempo pase.