“Mi vida es un caos”
José Manuel Carrasco dirige en el Teatro Lara ‘Todo irá bien’, una tragicomedia en torno a una generación dormida
Cuatro compañeros de instituto que, en los años de bonanza económica, dejaron sus estudios para lanzarse optimistas al mercado laboral. Años más tarde, la crisis ha golpeado de manera tan dramática que, sin trabajo o con oficios más que precarios, se enfrentan ya en la treintena a un futuro negro. Sin formación ni herramientas se hacen reflexiones sobre su caótica vida. ¿Qué hago con mi vida? ¿Qué errores he cometido? ¿Cuál será mi futuro? Todo irá bien, la obra de teatro dirigida por José Manuel Carrasco, de 34 años, retrata de manera radical esta generación dormida con serias dificultades para avanzar. Interpretada por Pilar Bergés, Ignacio Mateos, Laura Barceló y Juan Dávila, Todo irá bien se representa todos los lunes en el Teatro Lara de Madrid, después de pasar por ese pequeño laboratorio que es la sala La trastienda.
Una habitación, la de la protagonista Pilar (Pilar Bergés), con una cama que se hace y se deshace, un perchero y una sencilla mesilla, un par de vasos de agua, sirve de escenografía del montaje de esta historia dramática pero llena de humor que el día de su estreno, el pasado lunes, se convirtió en un auténtica fiesta de aplausos y diversión. “Mi trabajo lo concibo como una total exposición”, confiesa su director, José Manuel Carrasco, diplomado en dirección en la Escuela de Cine de Madrid (ECAM) y titulado en interpretación en la Escuela Superior de Arte Dramático. “No todo es autobiográfico, pero casi. Cada uno de los cuatro personajes tiene algo de mí”, advierte Carrasco, autor también de la obra, que se ha inspirado no solo en sus vivencias, más emocionales que vitales, sino en esa clase social tan castigada por “ese capitalismo que nos ha reventado en la cara”. “Estamos viviendo en una verdadera crisis como si de una posguerra se tratara. Las referencias de mucha gente de mi generación se han perdido y se vive en un auténtico caos. Esto es lo que he querido mostrar en Todo irá bien”, añade el dramaturgo, que no quiere dejar de mirar a esa clase obrera –“la que me vincula con el mundo”- y que lanza, sin embargo, todo un mensaje de optimismo en torno a la solidaridad y la amistad. “Todos estamos perdidos, no sabemos quiénes somos y a quien tenemos delante nuestro. Es en estos momentos donde lo único que hay que potenciar es la solidaridad y el saber escuchar a los amigos”.
Pilar es una cajera de supermercado que tiene una relación sexual con Miguel (Juan Dávila) encargado de su empresa. El día de su cumpleaños, Miguel le anuncia que se va a casar con otra y que, además, está despedida. Es el comienzo de un viaje aterrador sobre lo que ha sido su vida y lo que va a ser su futuro. A su lado, su amiga Carmen (Laura Barceló), cartera con empleo fijo pero sueldo mínimo, y Luis (Ignacio Mateos), un antiguo compañero también del instituto del que ni se acordaba. Los cuatro componen un cuadro lleno de incertidumbres, dudas y desubicación.
Dividida en 16 escenas y un epílogo, cada uno con un título diferente, y que se van anunciando desde la oscuridad de la sala, Todo irá bien busca una estructura de dramaturgia clásica. “Me interesa el espectáculo teatral por encima de todo y por eso hemos buscado un efecto de distanciamiento con lo que está ocurriendo en la escena. Los personajes son reales pero al espectador le estamos explicando de manera continua que eso no está ocurriendo en la realidad, que solo es teatro”. Así se advierte al principio y al final de la obra. “Cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia”. No tan pura coincidencia.
Babelia
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