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Corrientes y desahogos
Columna
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El color de lo desconocido

Un hilo muy repetido en los debates culturales es que lo lento es bueno y lo veloz malo

Todas las polémicas sobre el actual estado de la cultura desembocan en la amarga conclusión de que el saber se ha deteriorado mucho. Raramente surge una opinión que sostenga, con firmeza, el advenimiento de "otra cultura" y, en consecuencia, muestre la impertinencia de las comparaciones. Porque ¿cómo comparar el libro con el cine? ¿El landó con los aviones y los barcos con los Soyuz? La tertulia de Radio Nacional sobre cultura que escucho con mucho gusto los lunes gracias a Juan Cruz y Fernando Rodríguez Lafuente me impulsa a seguir algunos hilos que hilvanaron esta semana.

De hecho, un hilo demasiado repetido suele resolver las diatribas: lo lento es bueno y lo veloz malo. Excepto algunos vanguardismos, lo veloz o velocísimo ha sido relacionado con los estilos del demonio. Se ora y labora lentamente mientras se cae en la orgía vertiginosamente.

¿Por qué hacer del pasado un Dios que condena todo lo que no lo prolonga y lo asemeja?

El libro es un factor positivo porque la lectura requiere sosiego pero los videojuegos son negativos por conllevan convulsión. Así, en tales planteamientos se halla patente un bendito amor por el pasado y un fóbico pavor por el futuro. Pero ¿qué otra cosa ha sido sino la marcha del progreso? Danzamos entre lo conocido y lo desconocido, el vals y el twist, y resulta que hoy hay un montón de disc jockeys que combaten la fijeza.

Sin embargo, ¿por qué atribuir tantas esencias benefactoras a la lectura y pestilencias a casi todo lo demás? ¿Por qué hacer del pasado un Dios que condena todo lo que no lo prolonga y lo asemeja? ¿Se acepta, por ejemplo, tomar ya el calificativo de "analfabeto digital" no como un dictamen sino como un dicterio? ¿Aceptamos como neta incultura ser un paleto en el lenguaje electrónico?

Ni apocalípticos ni integrados puros. En el mapa de la historia cultural conviven ríos cristalinos con aguas emponzoñadas. De modo que ¿cómo sentenciar hoy, con el paradigma herrumbroso de ayer, lo que es nocivo?

La corriente que ama el liderazgo en la política (que ama al Mesías) es también partidaria de una legión de maestros "geo" que formen al pueblo para hacerles distinguir lo excelente de lo execrable, lo valioso de lo ruin. Ahora bien ¿cómo no asumir que el sistema de enseñanza se encuentra ahora tan despistado, o más, que el público en general? Tiempos accidentados estos donde hasta el clima cambia y el interés del préstamo es menos que cero.

La Historia tiende a parecernos un grave moroso carromato contemplada desde lejos pero es incomparablemente más caprichosa y convulsa cuando, por momentos, se vive desde dentro y desde cerca.

si hay unanimidad entre la minoría culta es que este presente nos lleva a la barbarie

¿Bueno? ¿Malo? ¿Regular? Nuestra época tiene muy mala prensa y si hay unanimidad entre la minoría culta es que este presente nos lleva a la barbarie. Es decir, avanzaría tanto esta sucia morrena que llegado a un punto no se reconocerían los brillantes glaciares de la cultura monumental.

¿Y entonces? ¿Todos literalmente muertos, iletrados, insensatos, acelerados, tontos? Claro que no. De hecho, ¿cómo alguien no sólo culto sino cultivado se atrevería a pronosticar un ser humano cada vez peor tras haber contemplado y sentido, aún entre escollos, un panorama crecientemente más cooperativo, tolerante y multicolor?

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