El Vive Latino 2015 acoge a 200.000 personas en tres días
Grupos como Molotov, Die Antwoord o novedades como Compass se reúnen en el festival de música más importante de Latinoamérica
Una decena de jóvenes agarran fuerte una manta negra. El objetivo: reclutar chicas para que puedan lanzarlas al aire mientras de fondo, en el escenario, suena la base de electrónica del nuevo proyecto musical de Camilo Lara y Toy Selectah, Compass. La condición la gritan como locos: "Chichis pa la banda". Ella ni lo duda, corre hacia ellos y se levanta la camisa hasta cubrir su cabeza. Ya pagó su entrada. Y a volar.
La joven se eleva varias veces sobre miles de personas en la carpa principal del Vive Latino, un evento musical de referencia en toda Latinoamérica que ha terminado este domingo reuniendo en un recinto de la Ciudad de México a casi 200.000 personas en tres días y a 91 grupos musciales. El precio de la entrada por jornada rondaba los 700 pesos, unos 45 dólares.
Durante los tres días los normalistas asesinados de Ayotzinapa han sido un tema recurrente. Camilo Lara ha pedido a todos que levantaran el puño y ha gritado: "En México estamos buscando a 20.000 personas. En México estamos buscando a 43. Los andamos buscando y los vamos a encontrar", así mismo ha invitado a luchar por la libertad de expresión y solidaridad con la periodista Carmen Arsitegui. En la carpa vecina (Intolerante) La Sucursal de la Cumbia, también ha levantado la voz por los estudiantes: "Canción dedicada para 43".
Molotov, la banda de rock que después de 20 años sigue consiguiendo la ovación del público, también ha usado su voz para denunciar. Mientras tocaban la canción Hit me (pégame, en inglés) una pantalla gigante proyectaba imágenes de las manifestaciones por los 43 estudiantes desaparecidos. Cuando Puto ha comenzado a sonar, la indignación se ha hecho más evidente: una pancarta con la cara del presidente Enrique Peña Nieto dibujada con cuernos y la palabra "puto" por abajo, se ha dejado ver a través de las cámaras.
Uno de los grupos más esperados por las expectativas de su nuevo álbum y el misterio de una prometedora y novedosa combinación de sonidos ha sido Compass, el resultado de la unión de Camilo Lara (Instituto Mexicano del Sonido) con Toy Selectah y la colaboración de 90 artistas de nueves ciudades diferentes. "¿A quién le gusta la cumbia?", ha preguntado Lara para invitar a la gente a bailar. "¿Y a quién el rap?", lo ha retado su compañero para pedir que todos levantasen el brazo y lo movieran de lado a lado. Lo que han ofrecido simbolizó la esencia del Vive Latino: un espacio donde casi cualquier género es bienvenido.
En México estamos buscando a 20.000 personas. En México estamos buscando a 43. Los andamos buscando y los vamos a encontrar Camilo Lara, integrante de Compass
El grupo sudafricano, Die Antwoord, ha sido uno de los más excéntricos de la noche. La poderosa y agudísima voz de Yolandi Visser, la potencia de Watkin Tudor y la energía del DJ Hi-Tek, han vuelto loco al público. Ofrecen un electro rap rave que en ocasiones parecería que se está dentro de una película de terror, ya que mientras los músicos recorren el escenario con bruscos movimientos y miradas psicodélicas, imágenes inquietantes se proyectan a sus espaldas.
Lejos de la electrónica más vanguardista, en un jardín escondido se refugia un centenar de bailongos. La música que escuchan la han oído antes en su barrio, en una fiesta popular. Aunque con un toque moderno. Un grupo se mueve al ritmo de cumbia y salsa en el único césped auténtico del recinto. La melodía viene de una colonia obrera del DF y se llama Sonido La Conga.
Pero la naturaleza del Vive Latino, muy cuestionada por quienes se aferran a la vocación original de presentar grupos en español, está sobre ese pasto artificial. En una de las últimas canciones de los ya consagrados Molotov unos 50 focos se dirigen al protagonista principal. Ahí están, iluminados, los que movieron la cabeza con el house y los que menearon sus caderas con la cumbia. Todos se desgañitan: ¡Viva México, cabrones!
Babelia
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