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CRÍTICA | 'perdiendo el norte'
Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

La rancia actualidad

El costumbrismo puede ser arcaico incluso con una situación de hoy

Javier Ocaña
Julián López, Blanca Suárez, Yon González y José Sacristán, en el filme.
Julián López, Blanca Suárez, Yon González y José Sacristán, en el filme.

La voluntad de dar testimonio de una realidad social concreta en un país determinado puede hacerse desde bases y objetivos tan distintos que la misma concepción puede dar lugar a obras tan radicalmente opuestas como Vente a Alemania, Pepe o Rocco y sus hermanos. Dependiendo del tono, pero sobre todo de la posición, crítica o acrítica, y de si estamos ante una visión de intenciones clarividentes o simplemente testimoniales, tendremos historias que acaben acercándose al análisis social o no vayan mucho más allá de un rancio costumbrismo. Todo ello teniendo en cuenta que, aunque la comedia no pocas veces haya resultado más perspicaz que el drama, el costumbrismo puede ser arcaico incluso visualizando una situación de plena actualidad. Justo lo que le ocurre a Perdiendo el norte, nueva comedia de Nacho G. Velilla, el autor de Fuera de carta y Que se mueran los feos, alrededor de la emigración de los jóvenes españoles de amplia formación universitaria en busca de trabajo a ciudades como Londres o Berlín.

Desde “la generación más preparada de la historia” a la acusación de “haber vivido por encima de nuestras posibilidades”, pasando por la consabida mención a Angela Merkel y sus recetas de austeridad, la película no consigue salir del tópico ni de la frase hecha escuchada o leída en infinitas conversaciones de bar, Facebook o Twitter, que al fin y al cabo son bares en Red. La estructura, férrea, de comedia romántica clásica, es lo único que aguanta, junto a algún esporádico momento de screwball comedy, pero los diálogos de Velilla y sus coguionistas, formados en series de éxito popular como 7 vidas y Aída, lo peor de la función, nunca tienen garra, talento o ingenio, ni en lo cómico ni en lo analítico ni en ambas cosas al alimón, que de eso se trataba. Y, a pesar del irreprochable trabajo de José Sacristán, ni siquiera puede escapar del cliché en la composición de la trama de los emigrantes de los años sesenta.

PERDIENDO EL NORTE

Dirección: Nacho G. Velilla.

Intérpretes: Yon González, Blanca Suárez, José Sacristán, Javier Cámara, Carmen Machi.

Género: comedia. España, 2015.

Duración: 102 minutos.

Mientras, en la interpretación, los jóvenes confirman lo difícil que resulta poseer vis cómica y tempo para la comedia, y únicamente algunas frases sueltas de Sacristán o Javier Cámara te hacen recordar lo que significa clavar el chiste con el tono y el ritmo exacto.

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Sobre la firma

Javier Ocaña
Crítico de cine de EL PAÍS desde 2003. Profesor de cine para la Junta de Colegios Mayores de Madrid. Colaborador de 'Hoy por hoy', en la SER y de 'Historia de nuestro cine', en La2 de TVE. Autor de 'De Blancanieves a Kurosawa: La aventura de ver cine con los hijos'. Una vida disfrutando de las películas; media vida intentando desentrañar su arte.

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