Maikol Yordan impulsa el cine en Costa Rica

En adelante, habrá que hablar distinto sobre el cine en Costa Rica. Una película local de humor blando, de 200.000 dólares de presupuesto, ha superado en la taquilla costarricense a cualquier megaproducción de Hollywood, se ha convertido en la más vista y ha asentado la hipótesis de que es posible desarrollar la industria en este país centroamericano donde hasta ahora la gran pantalla ha sido más bien un oficio experimental.

En un fenómeno al estilo de Torrente en España, la película Maikol Yordan de viaje perdido ha roto los moldes del consumo cinéfilo en un país atiborrado de cintas estadounidenses y con márgenes casi anecdóticos para obras latinoamericanas o españolas. Ni qué decir sobre los largometrajes locales, cuya cantidad no llega a 40 en su historia. Más de 700.000 personas (el 15% de la población costarricense) se han sentido atraídas por la comedia de un conocido grupo de jóvenes comediantes y del director Miguel Gómez. Sin que nadie lo pronosticara, han marcado un punto de inflexión en la historia del cine tico.

Ahora el pequeño pero creciente círculo del cine local ha visto caer dos mitos: el de la rentabilidad de invertir en la gran pantalla y el de la actitud del consumidor local ante las obras hechas en Costa Rica, según resume María Lourdes Cortés, investigadora del cine centroamericano. Para ella, este ha sido un poderoso empujón para una industria local que ha venido sumando esfuerzos sin demasiado reconocimiento. Desde el 2000, se han producido 30 largometrajes, frente a los nueve de todo el siglo XX. Sin embargo, el público ni se enteró.

Hasta que llegó Maikol Yordan, el campesino que sale de su aldea para buscar dinero con el que pagar la hipoteca de su finca agrícola, anhelada por un extranjero con planes de deforestación. Nada nuevo en la realidad costarricense, pero el grupo de comedia La Media Docena supo convertirlo en un guion. Se alió con el cineasta Gómez, le inyectaron su característico humor blando pensando en un público familiar y, con algunos patrocinios, se lanzaron a hacer las europas, literalmente. La historia lleva a Maikol Yordan (interpretado por el actor Mario Chacón) a Italia, Inglaterra y Francia, donde sobresale la rusticidad del agricultor, pero también su nobleza.

Uno de cada seis habitantes de Costa Rica ha visto la película

No faltaron críticas iniciales a la película por la modestia de la historia y por mostrar al campesino como una persona torpe o incluso polo, como se llama en Costa Rica a quien mezcla en sí mismo ridiculez y ordinariedad. Quizás esto ayudó a una mejor venta de la película, que fue estrenada el 18 de diciembre en 40 pantallas del país con el mejor promedio de asistencia al cine en Latinoamérica, pese a estar en la subregión que menos acude (Centroamérica).

La película alcanzó en una semana los 500.000 espectadores y en seis semanas rozaba los tres millones de dólares en taquilla, según Rentrak, una compañía internacional de medición de industria del entretenimiento. Por primera vez, un filme local se convirtió en masivo en Costa Rica, sin que nadie pensara que superaría a Avatar.

Con una mayor atención de la prensa local y un antecedente de éxito taquillero, el cine local prepara para 2015 más obras en el género del drama, el más frecuente en el gremio tico, con referencias al pasado reciente. Algunos ejemplos son Gestación, la historia de una adolescente pobre que queda embarazada de otro joven adinerado, de Esteban Ramírez; El Regreso, que refleja el choque social de un joven que regresa a una Costa Rica distinta de la que creía, de Hernán Jiménez; o Princesas Rojas, la historia autobiográfica de Laura Astorga en medio de la convulsión ideológica de la Centroamérica ochentena.