Un grito contra los poderosos

Angélica Liddell, figura central del teatro, ha renunciado a la escena española, alegando el desinterés de las instituciones y programadores por sus trabajos. Su alejamiento de los escenarios nacionales no anula sin embargo la puesta en escena de algunas de sus obras. Es el caso del monólogo Mi relación con la comida, que realiza estos días en el Teatro Galileo de Madrid, la actriz Esperanza Pedreño hasta el 26 de diciembre. Mi relación con la comida, que ganó el premio SGAE en 2004, es un grito contra los poderosos, que ha montado, dirigido e interpretado Esperanza Pedreño, la famosa Cañizares de la serie de televisión Cámera café. “Es un grito de cómo nos hemos construido en el progreso, en el que hay mucha gente que se ha quedado atrás. Es un grito también contra la pobreza y la falta de perspectivas y trabajo”, explica la actriz, que con Mi relación con la comida se estrena en el monólogo, en el que ha trabajado a lo largo de todo un año —”mientras cobraba el paro”, advierte—. El texto, íntegro y sin cambios, que habla también de la reconstrucción ética a través de la memoria histórica, tiene forma de diálogo con un supuesto poderoso que no aparece nunca en escena y al que le escupen preguntas y reflexiones que nadie se ha atrevido nunca a decirle. Todo un viaje de vértigo, en el que Pedreño lleva a escena un texto utópico y pesimista.