El cine europeo se rinde a ‘Ida’, sobre la colaboración polaca con los nazis

Europa se ha rendido ante el viaje más oscuro de la colaboración polaca con el nazismo que narra el filme Ida, de Pawel Pawlikowski, que se ha convertido en la gran ganadora de la 27ª edición de los Premios de Cine Europeo, celebrada esta noche en Riga (Letonia), al conseguir los tres galardones más importantes (película, dirección y guion), además del de fotografía y el del público. Con Ida, rodada en blanco y negro, Pawlikowski, de 57 años, regresó a su Varsovia natal para narrar la colaboración polaca con el régimen nazi durante el Holocausto, en un filme que ha abierto heridas entre sus compatriotas.

Ida es una novicia que decide, antes de convertirse en monja, visitar a su único familiar vivo, una tía, juez implacable del régimen comunista, que la sumergirá en un pasado secreto y lleno de persecuciones y venganzas. "No podemos olvidar ni borrar", ha defendido Pawlikowski, un polaco que emigró de joven a Reino Unido y que ha subido esta noche tantas veces al escenario de la Ópera Nacional de Riga que se lo tomaba ya a broma. "Es una buena idea esta de la democracia", aseguró al recibir el premio que vota el público. "Esto sí que es una fantástica noche, también para Polonia", dijo al subir a por el galardón a la mejor película. Ida se ha impuesto a grandes títulos como Leviathan, del ruso Andrey Zvyagintsev; Winter sleep, de Nuri Bilge Ceylan (Turquía), Nymphomaniac, del danés Lars von Trier, o Turist, del sueco Ruben Östlund.

En esta fiesta del cine europeo, con poco espacio para lo que no llevara el nombre de Ida, solo se abrieron algún hueco los actores. La francesa Marion Cotillard, ausente de la gala, obtuvo el premio a la mejor actriz por Dos días, una noche, de los hermanos Dardenne, categoría en la que competía también la española Marián Álvarez por La herida. También Timothy Spall, mejor actor por su impactante interpretación de la vida del pintor británico J. M. W. Turner en el filme Mr. Turner, que dirige Mike Leigh. "Esto no se puede considerar una competición entre actores. Todo depende del gusto y de la suerte", aseguró Spall al recoger el galardón.

La presencia española se fue de vacío. Ninguno de los candidatos consiguió alzarse por el premio en el que competía. Además de Marián Álvarez, tampoco Paco León se llevó el premio a la mejor comedia por Carmina y Amén, galardón que se fue a manos de la cinta italiana La mafia uccide solo d’estate, de Pierfrancesco Diliberto. El premio Descubrimiento, que valora los nuevos talentos, y al que optaban dos cintas españolas, 10.000 kilometros, de Carlos Marqués-Marcet, y La herida, de Fernando Franco, fue a parar al filme ucraniano The Tribe, de Myroslav Slaboshpytskiy. El corto del español Jorge López Navarrete, Pequeño bloque de cemento con pelo alborotado conteniendo el mar, tampoco tuvo suerte en el palmarés.

El público que asistió a la gala recibió con honores a la dama de la nouvelle vague, la belga Agnès Varda, que recibió el premio a toda una carrera. Varda, de 86 años, realizadora de más de 50 títulos (Le bonheur, Sin techo ni ley o Cléo de 5 a 7), tuvo que ser ayudada por Win Wenders, el presidente de la Academia de Cine Europeo, a subir al escenario pero, una vez allí, su voz poderosa se impuso en este edificio de la Ópera Nacional de Riga. Varda recordó a las mujeres que trabajan en la industria del cine y pidió ayuda para todos aquellos jóvenes que intentan abrirse camino en esta profesión. También el director británico Steve McQueen (Hunger, Shame y 12 años de esclavitud) recibió el premio por su maestría detrás de la cámara. Otra presencia importante ha sido la de la actriz y directora noruega Liv Ullmann, sentada en primera fila en el patio de butacas, quien, aún sin recibir ningún galardón especial, fue una de las grandes protagonistas de la velada.