De copla a copla

Tras el cristal protector de un estudio de radio, pegando los labios a un micro vibrante. Esa fue la única forma de que Pasión Vega (Madrid, 1976) se lanzara a hacer aquello que le arrebataba la voz y la vida: cantar. Tenía 15 años. “Aunque suene a algo ancestral, antes se cantaba en la radio y yo era tan tímida que fue la única forma”. Desde entonces no se ha desprendido de la música, y la naturaleza de aquella amplísima sonrisa sigue siendo la misma, cuando presenta Pasión por Cano, un homenaje al cantautor y poeta andaluz.

Asegura la cantante, esa de la que dicen que le dio un nuevo rostro a la copla, que su esencia no ha cambiado: “Persona y artista no se pueden separar. El artista es una extensión de todo tu ser, tanto en positivo como en negativo. Y yo creo que sigo siendo igual. Quizá menos inocente, pero con más experiencia”. Un pasado repleto de ovaciones, de llenos, de bises y entradas agotadas. Ella lo achaca a las personas de las que se ha rodeado durante estas dos décadas de profesión. “Eso es invertir en tu carrera, con un buen equipo todo sale mejor, y ellos te hacen brillar más de lo que en realidad brillarías sola”.

El grupo que la arropa y la acompaña en este último proyecto, —doce canciones emblemáticas del repertorio del desaparecido Cano más Soy del sur, una canción inédita— está compuesto por varios nombres reconocibles. Uno de ellos es el de María Dolores Pradera, que canta con ella Aires de cuna. “La quiero y admiro, estar con ella es aprender y llenarte de luz. Conserva intacta su garganta y su elegancia”, cuenta con voz almibarada Vega, quien también es una cascada de elogios con el compositor Fernando Velázquez, productor y arreglista de todos los temas del disco. “Su trabajo es impecable, fluido, todo con él es fácil. Surge. Es un musicazo”.

Ha sido fácil, porque son cosas que nacen del corazón y de la verdad

Pasión Vega y él se conocieron hace algo más de un año en la película 321 días en Michigan, el drama carcelario de Enrique García. La última pieza del elenco de lujo que completa esta empresa con mirada al pasado es la Orquesta de RTVE. “Y decenas de personas más que han hecho crecer mi ilusión y mi confianza en este trabajo”, que sale a la venta el próximo 15 de diciembre con un concierto exclusivo en el Teatro Real. Allí se recogerá el eco de las letras de ese hombre que para la cantante, fue pieza clave para la música española, la transición, la música andaluza, popular y la copla.

“Él fue el último renovador de la copla, y tremendamente comprometido con la música. Hizo mucho mestizaje”, arguye la gaditana de adopción. Nunca lo conoció, aunque pisaron el mismo local una vez: “Yo era una chiquilla, estaba cantando en un lugar de Málaga, y él estaba al fondo de la sala. Le estaban haciendo una entrevista”. La idea de hacerle un día un tributo no cruzó su mente en aquel momento. “Es lo que es para mí a través del tiempo. Un espejo en el que mirarme, sin etiquetas ni limitaciones”.

Madame, ¿désirez-vous danser este bolero embriagador, bajo la luna de París y arrimadita al corazón?

Así, arrimadita al corazón como El último bolero es como Vega ha elegido las canciones. “Si no, hubiera sido imposible. Ha habido que elegir las esenciales para la canción y las esenciales para mí”. Esas que han ido en su maleta y que ahora están tejidas a sus recuerdos. “Las habaneras de Cádiz, por ejemplo, es una canción que me ha acompañado mucho, muchas noches en las que me pedían que la cantara. Una auténtica joya”, sonríe Vega, cruzada de piernas y tocada por la luz grisácea de un noviembre madrileño. “O Luna de abril, que me evoca muchísimas cosas. Esa sensación que tienes cuando en tu vida pasa un terremoto y después llega el resurgimiento. Encontrar un nuevo amor, un nuevo camino”.

Ella recorre ahora el de su pasado a través de esa parte que llena Carlos Cano. “Ha sido fácil, porque son cosas que nacen del corazón y de la verdad. Aportar cosas que tú has aprendido, sobre todo en estos dos últimos años, que han sido de un aprendizaje muy intenso”. Para ella ha sido un placer hacer este disco, "un gustazo", ahora espera para ver qué piensa el Real.