_
_
_
_
Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

Inmadurez quelonia

La actriz Megan Fox en la película 'Tortugas Ninja'.
La actriz Megan Fox en la película 'Tortugas Ninja'.

Las Tortugas Ninja acceden al clímax de su película en un ascensor que les llevará a la azotea donde se librará la batalla final. Durante el breve trayecto, una de ellas empieza a tararear una base de percusión. Al rato, sus compañeros se han unido a ese pequeño desahogo musical antes de salir a repartir mamporros. Es un momento deliberadamente idiota que capta la esencia de esos personajes: una mutación sí, pero no entre la naturaleza quelonia y la humana, sino entre la retórica épica de la historieta de superhéroes y la despreocupada y benigna inmadurez de su lector adolescente. En su día, Kevin Eastman y Peter Laird concibieron a sus Tortugas Ninja Mutantes Adolescentes como una suerte de diálogo de fan con la excelencia expresiva que estaban alcanzando las historietas de superhéroes de Frank Miller: por supuesto, nunca llegaron a la altura del maestro, pero, como contrapartida, crearon su propio fenómeno de la cultura popular, su mitología intrascendente y portátil que pronto dejó de funcionar como parodia para convertirse en discurso autónomo.

Se ha intentado explicar el triunfo de los personajes como una conquista del underground: en realidad, la labor de Eastman y Laird no tenía nada de contracultural y mucho de avanzadilla de una cultura del aficionado que empezaba a tomar posiciones en la industria cultural. Que los personajes hayan alcanzado su corporeidad más convincente en una producción de Michael Bay, dirigida por el nunca inspirado Jonathan Liebesman, protagonizada por una Megan Fox reformulada como golosina infantil, y con una de esas decisiones de casting que son un spoiler en sí mismas —William Fichtner—, es algo parecido a un apoteósico final del camino: al final la cosa no iba de discutir la mitología superheroica, sino de integrarse en ella. La película cumple con su función de refundar la mitología para la era del blockbuster sobresaturado, pero quien no simpatice con el material de partida sólo encontrará una brillante escena de acción —la persecución nevada en descenso— a la que agarrarse.

Toda la cultura que va contigo te espera aquí.
Suscríbete

Babelia

Las novedades literarias analizadas por los mejores críticos en nuestro boletín semanal
RECÍBELO

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_