La banda sueca The Knife se disuelve

Shaking the Habitual (Sacudiendo lo habitual) es el nombre de la gira con la que el dúo sueco The Knife se despide de su público. Un portavoz del grupo ha comunicado este jueves a la revista inglesa Dazed and Confused que la banda se disuelve después de sus próximas y últimas actuaciones en Estocolmo, Gotemburgo, Berlín, Londres, Manchester y Reikiavik a principios de noviembre.

Los hermanos Karin y Olof Dreijer formaron The Knife en 1999 con su propio estilo de electro pop, su música es hipnótica y sensual. Shaking the Habitual es un tour en el que incluyen bailarines y performers en coreografías y temas musicales que también hablan de política. El proyecto es ambicioso en su contenido y de amplia dimensión escénica. El ritmo de los temas es especialmente más bailable, pensado para una audiencia de entre 1.500 y 4.000 personas.

The Knife no ha sido nunca un grupo comercial. Su presencia en los medios de comunicación ha sido limitada. Su primera gira, Silent Shout, la hicieron en 2006. A este primer encuentro en vivo con el público le siguió el DVD Silent Shout: an audiovisul experience. En 15 años de trabajo artístico su número de discos ha sido limitado: cuatro, The Knife (2001), Deep Cuts (2003), Silent Shout (2006) y Shaking the Habitual (2013), producidos todos por su propia discografía, Rabid Records.

El dúo es conocido por su estilo único y una exquisita excentricidad. Fuera del ámbito del electro pop, su tema más conocido ha sido Heartbeats, que en la voz y versión de José González, fue usado para un anuncio de publicidad de Sony. En este comercial de televisión se veía unas pelotitas de colores flotar cuesta abajo por una calle.

El espectáculo Shaking the Habitual, con el que The Knife cierra su período de creación musical, se había presentado en 2013 en Barcelona en el festival Primavera Sound. La actuación de los hermanos suecos destacó entonces por su atrevida propuesta. El álbum, del mismo título,  está sacado de una cita del filósofo francés Michel Foucault en la que propone una revaluación de las formas de trabajar y pensar. Al disolver la banda, los hermanos Dreijer parecen aceptar el riesgo de revaluarse artísticamente de otra forma, aún por pronunciarse.