¡Despierta, Francia!
Lamy y Pigasse se rebelan contra el inmovilismo y el catastrofismo de la política francesa

Francia parece estar viviendo una pesadilla: la palabra más usada en los análisis de la prensa nacional y extranjera es 'malaise'. Un malestar profundo aqueja a un país cuya grandeur se ha evaporado y cuyo lema republicano ("Libertad, igualdad, fraternidad") se ha convertido en un sarcasmo. Discernir el anclaje real de esa ansiedad y proponer una solución es el objetivo que se marcan dos ensayos publicados, en la antesala de las elecciones municipales francesas, por Pascal Lamy, exdirector de la Organización Mundial de Comercio (OMC) y excomisario europeo, y Matthieu Pigasse, vicepresidente europeo del banco Lazard y accionista de medios de comunicación (Le Monde, Les Inrockuptibles).
Ambos autores, franceses con proyección internacional, tienen varios puntos en común en su carrera profesional, y sus ensayos reflejan esa afinidad. Tanto Lamy como Pigasse cuentan con obras anteriores en los que exponen su visión de la política (con énfasis en la política económica); los dos han trabajado en puestos ejecutivos o de asesoría en gabinetes del Partido Socialista, y ambos se rebelan contra el inmovilismo y el catastrofismo en política. Pero sobre todo, contra la mediocridad.
El título del ensayo de Lamy, Cuando Francia se despierte, da a entender que Francia está adormecida. Y no por la autocomplacencia, sino por el miedo. Lamy advierte de que "el prisma con el que Francia lee la realidad provoca una especie de depresión colectiva" que lleva a sus ciudadanos a sentirse víctimas y a culpar al otro (la globalización, Europa, el extranjero) de sus desdichas.
"No hemos sido capaces de crear un espacio de verdadera pertenencia y solidaridad" en Europa, asegura Lamy. Resultado: los ciudadanos recelan de la globalización y de las instituciones supranacionales, acentuando lo que el autor llama "la eurosión".
El prisma con el Francia lee la realidad provoca una especie de depresión colectiva" Pascal Lamy
Lamy compara la mundialización con la figura mítica de un Jano bifronte que tiene sus aspectos positivos pero muestra también el rostro de "un capitalismo desaforado". Por eso, llama a Francia a liderar la tarea de "civilizar la globalización", algo que considera una cuestión identitaria. Dicha tarea implica, para Lamy, preconizar la justicia social y criticar la austeridad impuesta, la evasión fiscal y la desregulación financiera.
El ensayo de Pigasse (Elogio de la anormalidad) difiere del de Lamy en que incorpora más referencias a la política macroeconómica, más ejemplos concretos de errores gubernamentales y mucha más osadía en su denuncia del "amateurismo" del gobierno francés. Ya el título encierra una invectiva contra la "presidencia normal" defendida por Hollande. Estas son sus recetas: renunciar a "la imposición del dogma neoliberal", a la austeridad y a "la sacrosanta pureza presupuestaria"; impulsar el crecimiento y el gasto público, a imitación del New Deal de Roosevelt; combatir las desigualdades con la creación de un salario mínimo europeo, y luchar contra "el dumping fiscal y social".
Pigasse no duda en concluir que la derecha ha demostrado su incapacidad para actuar y su capacidad de dividir a la sociedad. Pero se distancia del inmovilismo de la familia socialista, no sin recordar que "para cada problema que surge debe haber una respuesta progresista".
Quand la France s'éveillera (Cuando Francia despierte). Pascal Lamy. Éditions Odile Jacob, Francia, 2014. 174 páginas. 17,90 euros (electrónico: 14,99)
Éloge de l'anormalité (Elogio de la anormalidad). Mathieu Pigasse. Plonm, Francia, 2014. 190 páginas. 14,90 euros (electrónico: 9,90)
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