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El rock como pretexto

El festival Arenal Sound, con 55.000 asistentes, quintuplica la población de la playa de Burriana

Asistentes al Arenal Sound, en Burriana.
Asistentes al Arenal Sound, en Burriana. Ángel Sánchez

Arenal Sound es sinónimo de éxito. Al menos si hablamos de cifras. Este festival de música, que secelebra hasta el domingo en Burriana (Castellón), cumple su quinto aniversario. Y a pesar de su tierna edad, la cita está más que consolidada. Por tercer año consecutivo la organización ha colgado el cartel de sold out. La fórmula está garantizada: precios asequibles, primera línea de playa (casi sobre la arena), jóvenes (muchos adolescentes), fiesta (toda la que se aguante)… Y la música, claro, que, si bien puede parecer que no es lo más importante para la mayoría de los asistentes, sí es el factor de unión de los sounders(que así se llama a los adeptos al festival) que invaden la habitualmente tranquila población castellonense.

Tranquila hasta que llegan los sounders. El municipio situado al sur de la capital de Castellón no es un destino de turistas como las vecinas Benicàssim y Oropesa, pese a sus dos kilómetros de playa virgen. Pero durante el festival se transforma. En la franja litoral residen en verano menos de 10.000 personas. Y cuando arranca el Arenal Sound llegan a Burriana unos 55.000 jóvenes diarios, desde el jueves hasta el domingo. Aunque buena parte de los visitantes ya se instaló el lunes pasado, con un fuerte despliegue de seguridad para minimizar el caos circulatorio por los limitados accesos al recinto de concierto y por las acreditaciones.

Apuntes de éxito

Más de 120 artistas, con Azealia Banks, Biffy Clyro, Placebo, Die Antwoord, Crystal Fighters, Bastille, Mando Diao, Love of Lesbian o Russian Red.

El festival nació en 2010 sin un perfil definido (The Cranberries junto a Bebe). Ahora se centra en la música 'indie' nacional y el mestizaje, con un hueco para bandas internacionales y la música electrónica.

Los 'sounders'. El público es sobre todo español y muy joven, de entre 18 y 25 años. La mayor parte proviene de Madrid, Aragón, Barcelona y Valencia.

El cóctel del éxito: El precio económico de las entradas y la ubicación, frente a la playa.

“Estamos ante un festival muy joven y se van resolviendo los problemas año tras año”, explica Ana Montagut, la concejal responsable del evento. El despliegue de transporte alternativo a los turismos particulares ha evitado este año el colapso de citas anteriores, apunta. “El martes partieron desde Madrid 38 autobuses con dirección Arenal Sound; 12, de Zaragoza y 13, de Barcelona”, recalca Tomás Abril, responsable de comunicación. La locurase veía venir. El primer día de venta en abonos ya se colocaron 26.000 entradas. No importó que fuera noviembre y solo se hubiera confirmado un 10% del cartel.

“Aquí, el 80% del público no viene por la música, viene por la fiesta”, recalca Leyre Lasierra, una joven veinteañera aragonesa que acude por segundo año a Burriana. Ella no. Es de las pocas que ha elegido este festival por los conciertos y no por el despiporre adolescente, según dice. Solo así, con esta despreocupación musical, se explica que en pleno concierto de Love of Lesbian del jueves (uno de los grupos que actúan en el festival, junto a la rapera Azealia Banks o Placebo) prácticamente nadie se inmutara porque un apagón de luz cortara el espectáculo durante más de 10 minutos.

Ya ha ha pasado la una de la tarde y Leyre está acompañada por su grupo de amigas (todas de Aragón, salvo una alemana y un portugués). Es la hora en la que se despiertan los sounders y salen de la zona de acampada para comprar y comer. La hora del maná.

“¡Paella valenciana a cuatro euros, la hace mi madre vestida de fallera!”, grita un vecino, uno de los tantos que en esta semana improvisan puestos de comida y bebida frente al cámping. Poco antes gritaba para vender horchata. “Lo tengo todo legal; tengo licencia, ya han pasado tres veces a hacer control”, aclara sin que se le pregunte.

Desde otro establecimiento, en el epicentro del Arenal Sound (entre el recinto del festival, el cámping y frente a la playa) se quejan de la “competencia desleal” que supone la apertura de estos puestos exclusivamente para el evento. “Este año la cosa va más floja”, admite Aitor, uno de los camareros.

Técnicos municipales quieren reducir el aforo a 40.000 por la evacuación

Leyre y su amiga María Bazán explican que la filosofía low cost no solo se aplica al festival, que vende los abonos a un precio de salida de unos 40 euros sin cámping (y que va aumentando en los meses previos a la cita). “Está todo muy bien de precio; estuvimos otro año en el FIB y la diferencia es considerable”, comenta María. En Benicàssim, apunta, apenas podían comer un día en restaurante. “Tirábamos de supermercado; aquí los precios dan para comer todos los días de mesa o comprarte un plato de comida”, destaca. Todos los locales tienen carteles a modo de reclamo: litro y medio de sangría a dos euros, cervezas a uno, platos combinados en restaurante a seis...

El Ayuntamiento de Burriana no ha hecho un estudio específico del impacto económico, aunque la Diputación habla de 20 millones de euros. De lo que no hay duda es del éxito de público, que los vecinos de la zona viven con resignación.

El Arenal Sound dio su gran salto mediático el pasado año. Hasta entonces la publicidad se hacía casi exclusivamente a través de las redes sociales. “Es el festival con más seguidores [virtuales]”, apunta la concejal Montagut. Y el que más horas de fiesta ofrece, dice Tomás Abril.

La diversión arranca oficialmente a las dos de la tarde con la apertura del recinto de la piscina y termina a las nueve de la mañana del día siguiente. “Esto, el precio y la ubicación son parte de la clave del éxito”, afirma Tomás Abril. Y así es como cada año ganan nuevos adeptos. Como Soraya, una joven madrileña de 26 años que ha venido a Burriana porque quería saber cómo era un festival de verano. “Si no estuviese la playa, igual no me habría arriesgado, por si la música no me gustaba”, comenta.

La organización dice que los ‘sounders’ no están en el mismo recinto, sino dispersos

Este año de confirmación del festival es también el de la polémica. Informes técnicos municipales supeditan la licencia del festival a un aforo de 40.000 personas, no porque el recinto no pueda acoger a más gente, sino por posibles problemas en caso de evacuación. La promotora I Music Festival sostiene que el festival es para 60.000. Para ello se preparan económicamente y en consecuencia venden los abonos (el número exacto no se conocerá hasta este domingo). La oposición municipal ha pedido un mayor control de la cita, la más importante del año para Burriana. Pero la organización y el equipo de Gobierno consistorial explican que los sounders se reparten y nunca están todos al mismo tiempo en el recinto de conciertos. “Si se incumple el aforo, lo podremos determinar después”, zanja la edil Ana Montagut.

De momento ahí están los 55.000 sounders. Eso sí, completamente ajenos a la polémica. Bastante tienen con aguantar la fiesta.

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