Lluís Homar gana el premio Ceres al mejor actor por ‘Tierra de nadie’

Los premios Ceres, organizados por el Festival de Mérida y el Gobierno de Extremadura, preparan su tercera edición anunciando uno de sus ganadores: Lluís Homar se hará con el premio al mejor actor por su papel en Tierra de nadie, de Harold Pinter, dirigida por Xavier Albertí. El intérprete se hará con la estatuilla en la ceremonia de entrega del próximo 28 de agosto, donde se otorgarán otros 12 galardones en otras tantas categorías (mejor espectáculo teatral del año, mejor director de escena, mejor guión, mejor actriz, mejor escenógrafo, mejor iluminador, mejor vestuario, mejor caracterización, mejor trayectoria empresarial, Premio Emérita Augusta a toda una vida y dos referidos al Festival de Mérida: Premio del Público y Premio de la Juventud).

Los Ceres, que reconocen los mejores trabajos en el panorama teatral español —y no solo los que pasan por el festival—, han destacado el trabajo de Homar, acompañado en su papel de Spooner por José María Pou, que le da la réplica en el encuentro entre dos amigos tras la Segunda Guerra Mundial narrado por Pinter. La versión de Albertí es una producción del Teatre Nacional de Catalunya (Terra de ningú en catalán) que pasó por las Naves del Matadero del Teatro Español a principios de año. “Tierra de nadie es el viaje ideológico más fascinante que ha dado el teatro contemporáneo respecto a la capacidad de vivir con una fortaleza que solo se consigue desde la autenticidad de uno mismo. La tierra de nadie es un terreno de ambigüedad e indefinición donde las identidades se ponen en peligro y, al mismo tiempo, se construyen”, asegura el director.

Lluís Homar recibe el galardón que han ganado hasta ahora Miguel Rellán (por Luces de bohemia en 2012, dirigida, curiosamente, por Homar) y Emilio Gutiérrez Caba (por Poder absoluto, dirigida por Roger Peña i Carulla en 2013) en la todavía breve historia de los premios. demás de su papel en Tierra de nadie y su dirección de Luces de bohemia, Lluís Homar ha aparecido recientemente sobre los escenarios en Paradero desconocido, que protagonizaba junto a Eduard Fernández y donde firmaba también la dirección. Además de su trabajo en escena (con otros logros, como su rol de fundador y uno de los pilares del Teatre Lliure de Barcelona), en cine es particularmente recordado por sus papeles con Pedro Almodóvar, como Mateo Blanco en Los abrazos rotos (2009) y Manuel Berenguer (el padre Manolo) en La mala educación (2004).