Rocío Márquez le pone voz a la guitarra de Habichuela
La cantante flamenca actúa el próximo sábado en Toledo a la sombra del Greco
Márquez con Habichuela, un plato fuerte del flamenco. Ella tiene 28 años, él cumple ya los 70, y es, como dice Rocío, “uno de los más grandes acompañantes del cante flamenco”. De ella se dice que podía cantar jazz, ópera, rock, cualquier cosa, pero ha consagrado al flamenco la vida y el estudio. Pepe Habichuela es un maestro, una cátedra para ella. Los que quieran pueden aprender de este dúo (“es la primera vez que canto con él”) a la sombra de El Greco, en Toledo, pues la entidad que conmemora al gran pintor ha organizado un concierto de ambos. Será el sábado 12 a las nueve de la noche, en el claustro de San Pedro Mártir.
Ella vive ahora en el temblor, “esperando feliz pero nerviosa esta oportunidad; siempre he ido a disfrutar de Pepe Habichuela como espectadora, así que la ocasión de este primer recital junto a él me emociona”. A Rocío Márquez la han requerido para grandes empresas de la música, pero ella se aferra al cante, “le debo mucho”, y le consagra horas de estudio; prepara una tesis sobre José Tejada Martín, Pepe Marchena, y sobre esa figura señera del flamenco “va el disco que estrenamos en septiembre”.
Prepara una tesis sobre Pepe Marchena, figura señera del flamenco
Que haya llegado el flamenco (y ella) a la Universidad es una muestra “de que esto por fin está cambiando; el flamenco es un arte vivo; incluirlo en las disciplinas docentes resulta enriquecedor también para los que lo practicamos”. El conocimiento, dice, “me ha dado libertad, perspectiva para conocer la historia del cante, y eso te acerca más a su esencia”. Además del estudio, detrás de ella hay la pasión que la acompaña desde que tenía dos años, en Huelva, su tierra. “Mi madre guarda un vídeo, la niña cantando. Mi abuelo Nono cantaba muy bien, mi madre, y mi prima Núria…; en casa cantábamos todos. Y cuando fui algo mayor fui a La Peña Flamenca de Huelva”.
Ahí empezó a conectar “con mis artistas de Huelva… Si el flamenco te coge te atrapa y ya no te suelta. Cada vez me enganchaba más, solo pensaba en el cante… Y luego la vida me hizo niña flamenca, joven flamenca, mujer flamenca…”. Su primer “punto de inflexión”, como dice ella, fue cuando logró La Lámpara Minera del Festival de las Minas, en Murcia, después de haber ganado, con nueve años, el primer concurso de su vida, el de los Fandangos de Huelva.
Habichuela, que ahora la acompañará a la guitarra, a la sombra de El Greco, es uno de sus maestros, entre los cuales están, también, Manolo Herrera, Miguel Ángel Cortés, La Niña de los Peines, Chacón, Marchena… Y el flamenco, claro, lo que representa. “Es el flamenco lo que me mueve; y lo que más me gusta del cante es la amplitud de emociones que abarca: la soledad, la pena, el desgarro, y también la alegría, la fiesta, la euforia… Que existan esa variedad y ese abanico de tantas posibilidades te da ocasión para ir adonde quieras. El flamenco te lleva a donde quieras”.
El conocimiento
Está en ebullición el flamenco; “lo que teníamos”, dice, “se está revisando, y que lo que ya estaba consolidado coexiste con las alternativas de lo que viene; ahora es un buen momento para vislumbrar nuevas alternativas del cante”. Esa conjunción que se dará en Toledo, Márquez con Habichuela, es sin duda una de esas novedades que el flamenco propicia, según la cantante.
—¿Y cuál es su propuesta?
—Yo amo lo tradicional, lo estudio, lo asimilo, y lo práctico cuando eso no limite lo que quiero expresar. Si conocemos bien la historia ese conocimiento no puede ser una limitación. Pero no podemos quedarnos solo en la reproducción. Debemos servirnos de ello para crear, desde el respeto, desde el compromiso con el arte.
“Desde ese respeto a los viejos y al flamenco uno debe intentar respetarse a sí mismo, siendo lo más auténtico posible”, explica Rocío Márquez. “Cuando surge una idea, hay que probarla. No hay que tener miedo, porque si no funciona tampoco pasa nada”.
El sábado, en Toledo, Márquez con Habichuela. Ella está segura de que va a funcionar.
Babelia
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