Kim Novak, la rubia que perdió su nombre
La actriz de 81 años habla con TCM de su carrera y de lo que supuso ser una 'sex symbol'
Kim Novak cumplió el pasado mes de febrero 81 años. Pocos días después la vimos en la ceremonia de los Oscar presentando uno de los galardones junto a Matthew McConaughey. Se retiró del cine a comienzos de la década de los noventa y actualmente vive en un rancho de Oregón junto a su marido, con el que lleva casada más de treinta años, rodeada de perros y caballos y dedicando gran parte de su tiempo a la pintura, una de sus grandes pasiones. Pero los buenos aficionados al cine no la olvidarán nunca. Ella fue la misteriosa mujer que resucitaba de entre los muertos en Vértigo de Alfred Hitchcock; la que bailaba sensualmente con William Holden en Picnic o la que seducía al bueno de James Stewart en Me enamoré de una bruja.
El sábado 21 y el miércoles 25 de junio los espectadores de TCM podrán volver a ver a esta grandísima estrella del Hollywood clásico gracias a la entrevista en exclusiva que concedió al periodista e historiador cinematográfico Robert Osborne en el tercer TCM Classic Film Festival celebrado en Los Ángeles. A lo largo de esta conversación, grabada en directo frente al público, Kim Novak habla de lo que supuso para ella convertirse en una famosísima intérprete y en una sex symbol mundial.
Marilyn Pauline Novak nació en Chicago el 13 de febrero de 1933. Se convirtió en modelo y viajó por diversas ciudades estadounidenses promocionando una marca de frigoríficos. En Hollywood un cazatalentos le consiguió un pequeño papel en una película y una serie de pruebas para la Columbia. Harry Cohn, el jefe del estudio, lo tuvo enseguida claro. Esa joven lo tenía todo para convertirse en una gran estrella. “El estudio me cambió el nombre porque Marilyn solo podía haber una”, recuerda la actriz en la mencionada entrevista. “Harry Cohn quería ponerme también otro apellido pero yo me negué”, añade.
La actriz no rehúye ninguno de los temas más controvertidos de su vida, como su relación con el actor y cantante de color Sammy Davis Jr: “Fuimos solo amigos pero Harry Cohn trató de impedirlo. Y, por supuesto, habla en la conversación de los títulos fundamentales que configuran su carrera. Su debut en 1954 junto a Fred MacMurray en La casa número 322; sus grandes éxitos, como El hombre del brazo de oro y Pal Joey, protagonizadas junto a Frank Sinatra y, por supuesto, el film más recordado de su filmografía, Vértigo, a las órdenes de Hitchcock. “Fue, sin duda, la película más importante de mi vida. Me encantaban las dos mujeres que interpretaba”.
Babelia
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