Karlheinz Böhm, actor y filántropo
Alcanzó la fama junto a Romy Schneider en filmes sobre Sissi y Francisco José Dejó el cine en los ochenta y dedicó su vida a proyectos de ayuda en Etiopía
El actor y filántropo austriaco Karlheinz Böhm (Darmstadt, 1928) falleció el pasado jueves a la edad de 86 años en la localidad alpina de Grödig, cerca de Salzburgo. A Böhm le cambió la vida un evento concreto que ocurrió 25 años después de alcanzar su máxima popularidad con la serie de filmes sobre la emperatriz Isabel de Austria: Sissi, Sissi Emperatriz o El destino de Sissi, entre otras.
El 16 de mayo de 1981 el actor fue invitado a participar como concursante en un show de televisión llamado Wetten dass…? (¿Apostamos?...). Böhm apostó a que menos de un tercio del público estaría dispuesto a donar un marco, un franco suizo o siete chelines para ayudar a pobres de la zona africana del Sahel. Y no se equivocó: la audiencia resultó ser poco caritativa. El actor ganó la apuesta y fue esta experiencia puntual la que lo indujo a cambiar de rumbo.
Böhm, hijo único del célebre director de orquesta Karl Böhm y de la cantante Thea Linhard, consiguió recaudar aproximadamente 755.000 euros y viajó a Etiopía. Unos meses después, el 13 de noviembre de 1981 estaba ya fundando una organización con base en Múnich, llamada Menschen für Menschen (MfM, Humanos por humanos) para desarrollar proyectos que fomentaran la autoayuda de la población etíope.
Había visitado en aquel primer viaje un campo de refugiados en el este de Etiopía, situado junto a una granja abandonada, de vastas tierras sin arar, y se dio cuenta de que los refugiados podrían dejar de depender de la ayuda si se hicieran cargo de aquellos campos y les sacaran provecho.
Su duro papel en ‘El fotógrafo
No es de extrañar que Böhm diera la espalda a una carrera de actor que comenzó con un éxito rotundo en el papel de perfecto príncipe azul. Todo cambió cuando luego aceptó un rol mucho más polémico pero también más revelador, que resultó insoportable para el público conservador de aquellas Austria y Alemania de la posguerra, que cubrían de kitsch toda realidad con tal de tapar las perversidades de su propio pasado nazi.
Al protagonizar la película El fotógrafo del pánico (Peeping Tom) del británico Michael Powell, el que había sido el ejemplar joven emperador se transformaba en el asesino en serie Mark Lewis.
Este filme retrata a un psicópata con doble vida que tiene la obsesión de filmar a prostitutas y matarlas después. El gran Martin Scorsese consideraba a Peeping Tom una de las obras maestras del séptimo arte porque “muestra la agresión que hay en el hacer cine, cómo la cámara infringe una violación”.
Trabajó varias veces con
La película tiene la habilidad de situar al espectador en el mismo lugar del asesino voyeur. Los públicos alemán y austriaco, que se veían por primera vez desde la era nazi confrontados con el tema del placer de la violencia, se mostraron escandalizados.
Esta película derrumbó la popularidad de Karlheinz Böhm entre su público germanohablante. Luego Böhm trabajó en cuatro filmes con el polémico cineasta alemán Werner Fassbinder, apreciado sólo por una élite intelectual. Más adelante declaraba que fue Fassbinder quien le abrió los ojos para temas políticos y le inspiró a convertirse en un activista en temas de alcance global.
Acosado por la prensa, por aquel entonces Karlheinz Böhm admitía que no lograba encontrar su lugar en este mundo, que la vida lo había llevado por muchos derroteros y por tres matrimonios fracasados. Hasta que encontró su sitio en Etiopía, donde en 1991 contrajo matrimonio con Almaz, su cuarta esposa, con la que tuvo dos hijos, Aida y Nicolás. Böhm tuvo además otros cinco hijos de matrimonios anteriores, entre ellos la actriz Katharina Böhm (nacida en 1964).
Junto a Almaz llevó adelante la organización MfM y desarrolló proyectos que beneficiaron a millones de personas. En coordinación con la población local y las autoridades etíopes, Böhm instaló 300 escuelas y cientos de fuentes para el abastecimiento de agua potable, lanzó campañas contra la ablación, contribuyó a establecer sistemas de microcrédito para fomentar la autonomía de las mujeres.
La organización MfM se nutre de donaciones, que han ido aumentando desde 2009 a 2012 de 3,3 millones a 5,6 millones de euros. En los últimos años Almaz había dejado de dirigir la fundación para ocuparse de su esposo enfermo.
La vida de Karlheinz Böhm, que comenzó en la gran pantalla como héroe de amplia audiencia, tuvo en común con la trayectoria de Romy Schneider (1938-1982) la huida de un corsé impuesto por el público. Pero tuvo una vida mucho más larga y un destino muy diferente.
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