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Lorin Maazel, Anne Sophie Mutter o Bychkov en la temporada de la OCNE

La Orquesta Nacional de España presenta una ambiciosa y moderna propuesta con nuevos formatos de concierto, y grandes solistas y directores

Daniel Verdú
El director de orquesta Lorin Maazel.
El director de orquesta Lorin Maazel.AP

Escoltado por dos grandes ilustraciones con los rostros de Friedrich Nietszche y Martin Luther King, el director técnico de la Orquesta y Coro Nacional de España (OCNE), Félix Alcaraz, y el director general del INAEM, Miguel Ángel Recio, han presentado esta mañana la próxima temporada de la formación sinfónica. Una propuesta, han señalado, inspirada en las revoluciones y los procesos creativos que estas han propiciado en la música. Y más allá de este posible hilo conductor, la ambiciosa programación y la manera de desplegarla abren una nueva era en la OCNE, que además espera ansiosa la incorporación definitiva de su nuevo director titular –el joven David Afkham- a partir de septiembre de 2015. "La filosofía del próximo año es de prueba y error. No podemos pedir a la gente que se adapte a nosotros sino al revés; veremos qué funciona y qué no funciona y trabajaremos en esa dirección", ha señalado Alcaraz respecto a los nuevos tiempos, que incluirán también la creación de un sello discográfico propio.

La Carta Blanca estará dedicada este año al compositor estonio Arvo Pärt

Mientras tanto, sabemos ya que el año que viene pasarán por el podio de la formación española directores como Lorin Maazel (que hacía 45 años que no lo hacía), Semyon Bychkov, Sir Neville Marriner o Giovanni Antonini. David Afkham, que ya está trabajando con la orquesta y estará presente en las audiciones para nueve plazas vacantes que se realizarán en septiembre (es la única formación con una convocatoria tan grande), también vendrá con tres programas diferentes. Pero además, se profundizará en la relación que el español Juanjo Mena (titular de la BBC Philharmonic) mantiene con la OCNE y dirigirá a la orquesta en seis semanas distintas. Dicho despliegue de estrellas estará apoyado en el aumento del presupuesto para cachés, que pasa de 3,1 millones de euros a 3,8 millones gracias a los ingresos que ha generado esta temporada la formación (la ocupación del ciclo sinfónico fue del 89%). Esa es toda la información económica que pudo proporcionar Miguel Ángel Recio, quien declinó ofrecer los datos del presupuesto total del que dispone la OCNE para funcionar anualmente por no ser el lugar ni el momento oportunos.

En el capítulo de solistas, la temporada también promete ser bastante espectacular. La inauguración, por ejemplo, correrá a cargo de la violinista Anne-Sophie Mutter, que tocará el Concierto para violín y orquesta núm. 1 de Max Bruch, dirigido por Miguel Harth-Bedoya. Maria Joao Pires tocará el Concierto para piano y orquesta núm. 4, en sol mayor, opus 58 dirigida por David Afkham; también estarán presentes el año que viene el pianista Radu Lupu, el violinista Joshua Bell o la cantante Anne Sophie von Otter. La Carta Blanca que dedica cada año la formación a la música contemporánea estará centrada esta vez en la obra del compositor estonio Arvo Pärt.

Habrá conciertos matinales con vermú, una convención de música y videojuegos y actuaciones de clásica combinadas con dj's

Pero la verdadera revolución de la que habla el título de la temporada está en la apuesta de la OCNE por la búsqueda de nuevos públicos y por el mestizaje de sus propuestas. Desde la renovada imagen y diseño de su presentación hasta los nuevos formatos de concierto. Para empezar, se ha creado un tipo de oferta musical llamada Descubre. Se trata de conciertos matinales los domingos que tendrán una charla previa para explicar la música que sonará. Al finalizar, además, se podrá charlar con los músicos tomando el clásico vermú de los domingos. En esas citas, quienes vengan con sus hijos, podrán dejarlos entretenidos en una suerte de taller de pintura que se llamará Pintasonic. Básicamente, los pequeños dibujarán la música que están escuchando sus padres dentro del auditorio. “Queremos hacer algo muy diferente e informal para romper las barreras que impiden que la gente vaya a los conciertos”, ha explicado Alcaraz.

Y para ello también lanzarán el formato de Conciertos Mini. Así, la orquesta se mudará algunos días al Auditorio 400 del Museo Reina Sofía y dará conciertos de media hora de duración. Al final, se podrá tomar una bebida en las terrazas del museo amenizada por la música de un dj. “No pasa nada por escuchar música electrónica en la terraza y luego escuchar conciertos de Philip Glass y Max Richter”, ha insistido Alcaraz respecto a su audaz propuesta, que seguro que será criticada por los habituales guardianes de las esencias de la música clásica. Además, como actividad paralela, también se realizará una convención de música y videojuegos, una industria mucho más vinculada a la clásica de lo que cabría imaginar, así como una proyección de la película El señor de los anillos con la banda sonora interpretada en directo por la orquesta. “Todo esto es porque tenemos que intentar llegar sin complejos a todas las capas de la sociedad”, ha remarcado Alcaraz.

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Sobre la firma

Daniel Verdú
Nació en Barcelona pero aprendió el oficio en la sección de Madrid de EL PAÍS. Pasó por Cultura y Reportajes, cubrió atentados islamistas en Francia y la catástrofe de Fukushima. Fue corresponsal siete años en Italia y el Vaticano, donde vio caer cinco gobiernos y convivir a dos papas. Corresponsal en París. Los martes firma una columna en Deportes

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